Comunicación
presentada en el
XXI Congreso Internacional de Vexilología
Buenos Aires – 2005
LA BANDERA DE
BARCELONA 1991-2005
Sebastià Herreros i
Agüí
Adolfo Durán presentó en el XIV Congreso Internacional
de Vexilología, Barcelona – 1991 una muy completa comunicación sobre “Las
banderas de Barcelona” (1) en la que analizaba a través de sus 92 páginas y 166
ilustraciones todos los acontecimientos vexilológicos relativos a nuestra
ciudad, desde el origen de los primitivos símbolos hasta las propuestas de
nuevas banderas para los barrios de la ciudad y desde las banderas
representativas de la ciudad hasta las de clubs deportivos e incluso las
banderolas distintivas que en un tiempo utilizaron los tranvías de la ciudad.
Adolfo concluía su presentación de 1991 con las
siguientes palabras:
“Ya redactado y
compuesto el presente estudio me llega la noticia no confirmada (enero de 1991)
de que existe un principio de acuerdo entre los distintos grupos políticos del
Ayuntamiento para que la próxima Carta Municipal defina escudo y enseña. La
opción elegida sería de cuatro barras por cuartel, paralelas al asta de la bandera, según la propuesta de Armand de Fluvià y el
modelo aprobado por la Associació Catalana de Vexil·lologia.
Opinable o no, resultará
un tanto sorprendente a los ojos de los barceloneses durante un tiempo. Pero,
al fin y al cabo, la polémica quedará cerrada: y ese será su mayor valor“.
Esta esperanza de consenso no se cumplió
inmediatamente. No será hasta abril de 2004 cuando se alcance la unanimidad tan
anhelada y después de que hayamos visto pasar entre 1996 y 2004 cuatro banderas
oficiales, una de uso festivo e incluso una versión balcón. En siete años y
medio es casi todo un record seguramente sólo comparable a la docena de
banderas de Afganistán entre 1973 y 2004.
Antes de entrar en el tema de la comunicación
lanzaremos una mirada atrás para analizar el origen de los símbolos ciudadanos.
Los símbolos existen cuando un grupo humano siente
necesidad de identificarse frente a otros de forma clara e inequívoca. ¿Cuándo
sintieron los ciudadanos de Barcelona esta necesidad?
Barcelona, capital del condado de su nombre, sufrió
en al año 985 el saqueo, incendio y destrucción de las tropas musulmanas
capitaneadas por Al-Mansur. Este trágico suceso y la falta de apoyo de la
monarquía franca dio pie al conde la Barcelona, de Girona, de Ausona y de
Urgell, Borrell II (947-992), para independizarse definitivamente de los
francos y afianzar su poder dominando los terrenos comprendidos desde el Valle
de Arán hasta el Cabo de Creus en el línea pirenaica y desde Elna al rio
Francolí por la costa.
El siglo XII presenció el gran avance de la ciudad
en todos los sentidos; institucional, comercial, jurídico y ciudadano. La
recopilación hacia 1150 de los Usatges de
Barcelona y las condiciones de Pau i
Treva proclamadas por el abat Oliva,
sostienen el crecimiento. La estructura de poder mantiene el esquema
tradicional: El Conde ejerce su autoridad a través de una asamblea de magnates,
el Veguer ostenta el poder judicial y
el Batlle asume la autoridad
municipal con funciones administrativas y fiscales.
Una estructura pre-municipal se había perfilado ya
en los siglos X y XI configurada por un consejo asesor de prohoms o ciutadans honrats
que, como asamblea consultiva presidida por el Veguer, le ayudaba en sus trabajos y poco a poco va desplazándole.
En la ciudad de Barcelona los cargos de Veguer
y Batlle coincidían en la misma
persona y la acumulación de temas a tratar por el Veguer-Batlle va confiriendo cada vez más poder a la asamblea de
ciudadanos que empieza a actuar como un embrión de gobierno municipal.
Durante el siglo XIII se continuó afianzando la potencia
económica y comercial de la ciudad y de sus instituciones. En 1227 el rey Jaime
I (1208-1276) otorgó a la ciudad el “Acta de Navegación” por la que se prohibía
a naves extranjeras cargar mercancías en el puerto de Barcelona mientras
hubiera naves catalanas disponibles. En 1230 la Ciudad obtuvo la libertad de
comercio con Mallorca en recompensa por haber ayudado al rey en su conquista
con la aportación de barcos, soldados y dinero. Lógicamente estas naves tanto
comerciales como guerreras necesitarían signos propios de identificación;
¿adoptarían entonces la cruz patea?
La cruz es ciertamente el símbolo más antiguo que
aparece en las monedas barcelonesas del emperador carolingio Luis el Piadoso (+
840); no obstante, el símbolo de la cruz es habitual en la moneda carolingia y
aparece en prácticamente todas las monedas acuñadas en los territorios de la
Marca Hispánica
Barcelona
Empúries Roses
Monedas carolíngias del emperador Luis
el Piadoso (814-840)
También la “Santa Cruz” es la titular de la seo
barcelonesa. El símbolo más antiguo representativo de una autoridad de la
Ciudad que se conserva en la actualidad es el sello del Veguer de 1261; en el reverso de este sello aparece la cruz patada
(o patea) con cuatro puntos en los cuarteles que delimita la cruz y en el
anverso un castillo que podría representar su autoridad o simplemente la ciudad
(2)
Sello del Veguer de Barcelona (1261)
Hacia 1232 la Ciudad recibió del rey los Usos i Costums del Mar, núcleo del
futuro Llibre del Consolat de Mar. En
1238 participó en la conquista de Valencia con 11 galeras y 300 hombres a
caballo. En 1258 el rey concedió a la ciudad las Ordinacions de la Ribera de Barcelona por las que pudo nombrar
cónsules en otras ciudades del Mediterráneo; en pocos años Barcelona llegó a
tener más de 50 representaciones consulares. El Museo de Historia de la Ciudad
exibe un mapa de la situación de estos consulados en tiempos de Pedro IV donde
cada ciudad viene simbolizada por su bandera. El mapa fue realizado en 1929 por
el heraldista Fèlix Domènech i Roura,
hijo del insigne Lluís Domènech i
Montaner (3)
Consulados de la ciudad de Barcelona en el
Mediterráneo
Llega el momento de configurar definitivamente el
gobierno de la ciudad. El 7 de abril de 1249, Jaime I dispuso la formación de
un consejo de cuatro prohoms
denominados Paers (conocemos sus
nombres: Galceran de Lacera, Jaime Girart, Berenguer Durfort y Arnau Sanahuja)
que podían ser asesorados por ocho ciudadanos, formando entre todos una
asamblea ciudadana. A los tres meses, el 27 de julio de 1249, Jaime I permitió
que estos 4 Paers, asesorados por los
8 Consellers, puedieran elegir a sus sucesores entre los ciudadanos
considerados prohoms el día de la
Ascensión de cada año. Y, por fin, el 24 de enero de 1257, Jaime I reorganizó
nuevamente el gobierno de la ciudad substituyendo los cuatro Paers por ocho Consellers y los ocho
ciudadanos de la primitiva asamblea por un Consejo estable de doscientas
personas (en 1265 pasarán a ser cien: El
Consell dels Cent Jurats). Esta asamblea de 1257 eligió un Conseller en Cap de Barcelona, Ponç
d’Alest, y estableció un modelo de gobierno de la ciudad que, con las lógicas
modificaciones, ha continuado hasta la actualidad.
El símbolo más antiguo que representa a la Universitat o Consell Municipal de Barcelona
es el sello que cuelga del Pacto de Olorón (4), de 28 de enero de 1289, en el
que la Ciudad sale valedora del rey Alfonso II el Franco frente al rey de
Inglaterra, Eduardo I, para el rescate del conde de Provenza. En el sello
aparece la cruz patada flanqueada en cada cuartel por un escudete de las armas
reales.
Pacto de Olorón (28 enero 1289)
Poco después, en el primer tercio del siglo XIV, ya
se configura el símbolo ciudadano en escudos cuartelados de cruz y palos. Así
aparece en la lápida de la fundación de la iglesia de Santa María del Mar, de
1329 y en dos sellos municipales también del s. XIV.
Lápida conmemorativa de la fundación de Santa
María del Mar (1.329)
Sellos municipales. Siglo XIV
De época similar conocemos las pinturas que decoran
los muros del castillo de Alcañiz en las que se relata la conquista de la
ciudad de Valencia (9 de octubre de 1237); detrás del propio rey Jaume I
aparece un caballero vestido de lo que aparentemente podría ser “Barcelona”, si
bien con el orden de los cuarteles invertido. El Armorial de Salamanca de Steve Tamborino redactado entre 1516 y
1519 podría desvelar la personalidad del acompañante de Jaime I. Seguramente se
trata del conde de Besalú, ya que sus armas coinciden exactamente con las del
caballero de las pinturas murales de Alcañíz. Sólo existe un fallo en la
cronología: en 1237 el conde de Besalú era el propio monarca, ya que a la
muerte de Bernat III en 1111 el condado pasó a su suegro Ramón Berenguer III,
conde de Barcelona
Pinturas murales del castillo de
Alcañíz (1290 - 1375)
Escudo del conde de Besalu en el
Armorial de Salamanca (1516 – 1519) de Steve Tamborino
El 4 de julio de 1345 ocurrió un hecho singular que
ha quedado plasmado en un documento: El rey Pedro IV el Ceremonioso concedió a
la Ciudad, a petición expresa de consellers
y prohoms, que sus heraldos
utilizasen un bastón con anilla de plata “marcada
con nuestro signo y el signo de la ciudad” (5). Aunque el documento no
describe la forma de partición de los dos signos, parece evidente que el
Ceremonioso aprobaría el signo que desde hacía más de 15 años venía utilizando
el Consell Municipal de la ciudad.
Privilegio del rey Pere III a la ciudad
de Barcelona (4 julio 1345)
A partir de 1400 los escudos que se reproducen en
fachadas e interiores de los edificios municipales siempre presentan la
disposición cuartelada de los dos símbolos, manteniendo la cruz en los
cuarteles 1 y 4, y los palos (en número adaptado al gusto del artista) en los
cuarteles 2 y 3.
Escudos de Barcelona el la “Casa de la Ciutat”
(c. 1400)
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Fachada de la “Casa de la Ciutat”
(1.401) |
Fuente de Santa María del Mar (1402) |
¿Y las banderas?
Por ser elementos construidos con materiales perecederos, nos tendremos
que contentar con analizar las descripciones, nunca suficientemente detalladas,
y las imágenes que las reproducen. En nuestro caso, encontramos imágenes de la
bandera de Barcelona en los márgenes de los dietarios de la Ciudad y de la
Generalitat, y en los portulanos.
En los dietarios encontramos tres imágenes
concentradas en un corto espacio de tiempo: 1457 (7), 1462 (8) y 1468 (9). Las dos primeras encabezando la host ciutadana (milicia de la ciudad)
para dirimir por la fuerza pleitos que la afectaban. La de 1468 aparece al
relatar la anécdota de la caida de la bandera desde las bóvedas de la catedral
donde se custodiaba. En los tres casos la imagen reproduce la misma bandera
cuartelada, abocinada al vuelo, con los palos del escudo transformados en fajas
horizontales y ciertamente, con una indefinición en cuanto a su número. Las
imágenes son de pluma pero no cabe duda acerca de los colores.
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1457 |
1462 |
1468
En cuanto a las imágenes de la bandera de la ciudad
que iluminan los portulanos, presentamos 30 ejemplares de un período que abarca
desde 1339 hasta 1641. En un análisis rápido podríamos destacar las imágenes
del mapa de Angelino Dulcert de 1339 y del Atlas
Catalán de Cresques Abraham y Jafudà Cresques (padre e hijo) de 1375 que
reproducen una bandera idéntica a la que más tarde veremos en los dietarios de
la ciudad. La imagen del Pizigani de 1367 (reproducida por Siegel y Neubecker)
presenta el formato de las banderas de ciudades italianas, formato que nunca
fue utilizado en Barcelona. A partir del siglo XV las banderas −con un
par de excepciones− son rectangulares, siempre cuarteladas (excepto la de
Domingo de Villarroel de 1589) y alternando palos y fajas en número variable
(1, 2, 3 y hasta 4) probablemente adaptado al pequeño espacio de los dibujos.
Estas imágenes no son de códices miniados sino símbolos prácticos para que los
marinos reconozcan el puerto al que arriban. En conjunto, seguimos con el mismo
modelo de bandera establecido a principios del siglo XIV. No deja de ser
curioso que en ningún caso aparezca ninguna bandera con la imagen de Santa
Eulalia (o de San Cataldo); cabe pensar que, o bien los autores de los
portulanos solo se dedicaban a copiarse unos a otros, o que los barcos de la
Ciudad siempre utilizaron banderas cuarteladas.
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1339 Angelino Dulcert |
1367 Pizigani |
1375 Cresques Abraham y Jafudà
Cresques |
1439 Gabriel de Vallseca |
1468 Pere Rossell |
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1500-1550 nn |
1500 Juan de la Cosa |
1508 Pietrus Russus |
1533 Joan Salvat de Pilestrina |
1535 Jacobus Russus |
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1538 Bartomeu Olives |
1563 Jacobus Russus |
1563 Mateu Prunès |
1564 Jaume Olives |
c. 1565 nn |
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1565 Juan Martines |
1566 Jaume Olives |
1570 Juan Martines |
1571 Jaume Olives |
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c. 1575 nn |
1577 Juan Martines |
c. 1580 Bartomeu Olivo |
1582 Joan Oliva |
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1589 Domingo de Villarroel |
1592 Joan Oliva |
1597 Vicenç Prunès |
1600 Vicenç Prunès |
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1600 Francesc Oliva I |
c. 1640 Miquel Prunès |
1641 Giovanni Battista Cavallini |
En las portadas de diversas ediciones del Llibre de Consolat de Mar podemos ver naves
enarbolando la enseña ciudadana. La edición de 1502 nos muestra una bandera de Sant Jordi rectangular; la de 1539 una
bandera de Sant Jordi farpada y en la
de 1592 podemos ver, además del escudo del propio Consulat de Mar, un barco que enarbola bandera y gallardetes de
lienzo monocolor (probablemente blanco) con las armas de la Ciudad.
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1502 |
1539 |
1592 |
“Llibre de Consolat de Mar” s.XVI
En la Biblioteca Episcopal de Vic se conserva un
manuscrito (Ms. 180. Inv. 7086) titulado “Historia de los
movimientos y separación de Cataluña y de la guerra entre la Magestad Católica
Don Felipe el Cuarto, rey de Castilla y Aragón, y la Deputación General de
aquel Principado” escrito por Francisco Manuel de Melo en 1645,
que describe los hechos presenciados por este historiador y militar portugués
al servicio de Felipe IV durante los dos primeros años de la Guerra dels Segadors (1640-1652). En
esta obra se incluyen tres hermosas láminas: un vaixell rodó con bandera y gallardete de las armas de Barcelona; un
navío en actitud de saludar a un barco inglés, con bandera y gallardete de
Cataluña y una galera con banderas y flámulas de color rojo que indicaban que
en el navío se habían impuesto castigos importantes.
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“Vaixell rodó” |
Navío |
Galera |
Navíos catalanes de la “Guerra dels Segadors” (1640-1652)
Se conoce como Guerra dels Segadors al levantamiento
secesionista catalán contra el rey de España Felipe IV y su valido el Conde-Duque
de Olivares. Fue liderado por Pau Claris (1586-1641), canónigo de la Seu
d’Urgell, diputado del brazo eclesiástico y presidente de la Generalitat. En el
contexto de la guerra, y ante la promesa incumplida por Francia de proteger una
República Catalana libre, la Generalitat proclamó conde la Barcelona a Luis
XIII de Francia, el 23 de enero de 1641. A su muerte, en 1643, le sucedió el
Rey Sol, Luis XIV, conde de Barcelona hasta 1652. Tanto Luis XIII como Luis XIV
acuñaron moneda en Barcelona, manteniendo los modelos de Felipe IV que
prerentan en el reverso el escudo de la ciudad sobre aspa de Santa Eulalia.
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Monedas de Luis XIII y Luis XIV de Francia, condes de
Barcelona (1641-1652)
De 1681 es una pintura conservada en el Museo de Historia
de la Ciudad en la que bajo el título “Apoteosis Heráldica” se reproducen con
detalle las armas de los territorios de la Corona de Aragón.
“Apoteosis
Heráldica”
Comentario aparte merece la bandera de la ciudad
que conocemos como Bandera de Santa
Eulàlia. Adolfo Durán en su comunicación al XIV CIV dedicó más de 4 páginas
al análisis de esta bandera. Cierto es que el asta de la bandera tradicional,
la cuartelada, fue rematada con una imagen de plata de Santa Eulalia; también
lo es que la misma bandera se custodiaba en la catedral colgada sobre las
escaleras que bajan a la cripta de la Santa, por lo tanto, es lógico que esa
bandera fuera conocida como la bandera de
Santa Eulàlia; pero también es cierto que la imagen bajó al lienzo (11) y
que desde 1588 hasta 1714 la bandera de la Ciudad fue carmesí con la imagen de
la Santa acompañada de escudos y ornamentos. Es probable que el cambio fuera
influenciado por la religiosidad de la época y por la bandera votiva de la
Santa que se custodiaba en la Catedral desde 1339 (12). Queda pendiente el
estudio en profundidad de las banderas de la seo barcelonesa que podrían
aportarnos nuevos datos. Entre las varias descripciones de una de estas
banderas citaremos la que nos proporciona Jeroni
Pujades en su Dietari (13),
cuando describe detalladamente la procesión del 24 de mayo de 1601 dentro de
los festejos de la canonización de Sant
Ramon de Penyafort:
“Seguia, tras de assò,
la bandera que’s diu de Santa Eulàlia, la qual és de tafetà carmesí molt gran
ab orlas pintadas de or y plata y en lo mig la figura de la dita santa, y dos
insígnies, la una de la Ciutat y la altra del Capítol, y al cap de el asta un
bell image de la santa fet de plata sobredaurada del qual cap de asta cauen dos
cordons de seda carmelina y ora ab bellíssims flochs en la fi.”
Diferentes propuestas de diseño de la
“Bandera de Santa Eulàlia” (1558-1714)
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Reconstrucción actualmente en uso |
Posible centro
de la bandera de Santa Eulalia conservado en el Museo de Historia de la
Ciudad |
También están documentadas banderes de camp de Santa Eulàlia utilizadas en las campañas
militares de 1588 contra Tortosa y en la salida en socorro de la villa de Perpinyà
durante la Guerra del Rosselló de 1639.
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“Bandera de camp de Santa Eulàlia”
(1588) |
Coetánea con el sitio de Barcelona en la Guerra de
Sucesión tenemos la descripción de la bandera de Santa Eulalia que nos proporciona
Francisco de Castellví, capitán de la Coronela
de la Ciudad:
“El dia 24 de Julio [de
1713] con la acostumbrada ceremonia copioso concurso fue sacada en público la
antiquísima y tan renombrada Bandera de Sta. Eulalia Patrona de Barcelona…
Fue elegido en esta
ocasión Alferez de ella Dn. Juan de Lanuza y de Oms Conde de Placencia,
Vizconde de Rueda y de Perellos por que se hallava Presidente o Prector del
Estado de la Nobleza: y la Ciudad resolvió formar un Batallón de 1000 hombres
para la guardia de la Bandera: la sobredicha era a modo de un Pendon poco mas
grande que un estandarte de los que hoy husa la Caballería y Dragones era de
Damasco carmesí a la una parte estava la Imagen de Santa Eulalia a la otra la
de un caliz con una hostia y una lema que decía: Ex urge Deus judica causam
tuam.”
Las dimensiones de esta bandera no coinciden con la
imaginería popular que relata estos hechos que probablemente mezcla las
imágenes de las diferentes banderas de Santa Eulalia: civil, militar y
religiosa.
La bandera de Santa Eulàlia en la
fachada de la “Casa de la Ciutat”
(24 julio 1713)
Cierto paralelo con la bandera de Santa Eulalia
tiene una bandera de color azul con un monje que varios autores durante los
siglos XVIII y XIX describen como bandera de la ciudad de Barcelona.
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Fig. 62: Mortier (1719) |
Fig. 63: Siegel, “Die Flagge” (1912) |
En 1989, presenté una comunicación en el IV
Congreso Nacional de Vexilología, que organizó la Sociedad Española de Vexilología
en Alcalá de Henares, en la que analizé “Las
banderas españolas del Steenbergen”. En la lámina XV, imagen 503 del libro
de Steenbergen y con la descripción de Barcelona (Pabellón de ciudad)
reproduce a nuestro monje en negro sobre blanco. Las conclusiones a las que
llegué en 1989 siguen siendo válidas y las reproduzco a continuación:
“Pabellón
enigmático y totalmente desconocido en fuentes barcelonesas. Lo he encontrado
reproducido con la figura en negro sobre fondo azul en algunas láminas del s.
XVIII y en Mortier (1719) Plancha LVI, con el texto: “Pavillon de Barcelonne. Ville d’Espagne. Il est bleu chargé d’un Moine vêtu de
noir, tenant en la main droite un Chapelet, ou Pater-Noster”; y en
L’Encyclopédie (1769) Plancha XVII-22, con el texto “Pavillon de la ville de
Barcelona; il est bleu , chargé au milieu d’un moine vêtu de noir, tenant un
chapelet”. El color azul coincide también con el indicado para
las escuadras de Cataluña y del Mediterráneo en la Instrucción de 1674. También
es azul el escudo asignado al Principado de Cataluña en un manuscrito que se
conserva en la Biblioteca del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (h.
II-21), fol. 382-386: “campo de azul, con un obispo de oro, mitrado y sentado
en silla de lo mismo teniendo un báculo en la mano. (Es San Cataldo)”. ¿Son
estas armas inventadas?, probablemente sí. Y, en todo caso, ¿cómo este curioso
y desconocido obispo San Cataldo –con resonancias etimológicas al propio nombre
de Cataluña- renunció a su dignidad, se puso de pie, perdió su silla y se
vistió de negro? Me parece que nos encontramos con otro caso de copia
sistemática de fuentes erróneas. El único autor que conozco que coincide con
Steenbergen en el color blanco del pabellón con la figura en negro es Norie
(1848). También es blanca la bandera asignada a Barcelona en el manuscrito
neerlandés de 1669-1670 estudiado y reeditado en 1966 por Klaes Sierksma: la
lámina LXI presenta una bandera blanca con un gran escudo de la ciudad,
cuartelado de cruz de San Jorge (señal de la ciudad) y cuatro palos rojos sobre
oro (señal del rey), con un gran medallón central con una imagen que más parece
Santa Eulalia que Nuestra Señora de la Merced, ambas patronas de la ciudad”.
Dieciséis años después de aquella comunicación −aclarando
que la monumental obra de Steenbergen, publicada en 1866, Vlaggen van alle Natien. Pavillons de toutes les
Nations. Flags of All Nations, es bastante fiable pues se basa en las notas que tomó
durante largos años este marino neerlandés− puedo añadir que hasta la
fecha no he encontrado ninguna relación del irlandés San Cataldo, obispo de
Tarento, con Barcelona. También cabe resaltar que en el citado manuscrito de la
biblioteca de El Escorial, las armas del Condado de Barcelona se
describen de la siguiente forma: “escudo
quartelado, I de plata con una cruz de gules sobre el todo, II armas de Aragón”
Durante los siglos XVIII y XIX, la ciudad se recupera de
las cicatrices dejadas por la Guerra de Sucesión y su caída frente a las tropas
borbónicas al mando del duque de Berwick el 11 de septiembre de 1714. Así, se
abre parcialmente el comercio con América en 1756, liberalizado totalmente en
1778; también se establecen las primeras fábricas textiles en 1737, que
llegaron a 150 en 1805 y daban ocupación a unos 100.000 trabajadores; y junto
con el boom de la construcción de finales del s. XVIII, propiciaron la creación
de una clase de empresarios industriales que desencadenarían un siglo más tarde
la revolución industrial (1833-1874), el derribo de las murallas (1855) y la
extensión de la Ciudad por el llano que se extiende de rio a rio y hacia la
sierra de Collserola.
Acción de la Real Compañía de
Comercio (1756)
En cuanto a banderas, las referencias son prácticamente nulas
y menor el número de imágenes. Tenemos que buscar en las monedas [Fig. 65-70] y
en los sellos municipales [Fig. 71–72] para encontrar imágenes de escudos la
época. (14) (15)
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Carlos II: Croat (1687) |
[Archiduque] Carlos III: Croat
(1709) |
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[Archiduque] Carlos III: 1
diner (1710) |
Fernando VI: 1 ardite (1756) |
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José Napoleón: 20 pesetas
(1812) |
José Napoleón: 4 quartos
(1808) |
Fernando VII: 6 quartos (1823)
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Sello municipal (1817) |
Sello municipal (1861) |
Hacia finales del siglo XIX, y gracias al esfuerzo del
alcalde Rius y Taulet, la ciudad dio un definitivo salto hacia adelante con la celebración
de la Exposición Universal de 1888. En un documento familiar de 1885, firmado
precisamente por Rius y Taulet, podemos observar el escudo de la ciudad tanto
en el sello que avala la firma como en el timbre móvil de 15 pesetas que grava
el documento.
En carteles de la época y en la invitación a la
inauguración de la Exposición Universal también encontramos escudos de la
ciudad
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Carteles de 1888 y 1896
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Invitación a la inauguración de
la “Exposición Universal Española” de 1888
Y, por fin, aparece una bandera en la fotografía del acto
de la colocación de la primera piedra del monumento al citado alcalde Rius y
Taulet en 1901. Allí tenemos una estupenda imagen de la bandera de la ciudad en
forma de gonfalón.
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Acto de colocación de la
primera piedra del monumento a Rius y Taulet. 1910
A principios del siglo XX, concretamente el 3 de mayo de
1906, el consistorio de la Ciudad tomó el acuerdo de dotarse de una bandera “que como símbolo de la ciudad se ostente
con motivo de fiestas, solemnidades y actos públicos” según el modelo
propuesto por el archivero Ferran de Segarra i de Siscar (16), autor años más
tarde (1916-1932) de la monumental obra Sigil·lografia
Catalana. Es más, el propio acuerdo de 1906 comprende el encargo de
confección de la bandera a la Junta Municipal de Museos y Bellas Artes para que
haga “una obra verdaderamente artística y
digna de la importancia de nuestra ciudad”. ¿Llegó a confeccionarse esta
bandera? Parece ser que no. A menos que sea la bandera que aparece en un
grabado que representa la procesión de Corpus de 1910 y en la que la
modificación en las dimensiones de cruces y palos y las farpas añadidas bien pudieran constituir las modificaciones artísticas
introducidas por la Junta.
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Acuerdo de 1906 |
Procesión de Corpus de 1910 |
Las fotografías de la época de la Exposición
Internacional de Barcelona de 1929 son terreno pendiente de explorar en busca de
banderas de la Ciudad. Los escudos, tratados artísticamente por autores de la
época, siguen siendo cuartelados y muestran 2 palos; en contraposición, el
sello municipal sigue mostrando 4 palos. [Fig. 83–84]
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Cartel. 1929 |
Pañuelo. 1929 |
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Sello municipal de 1917 |
Sello municipal de 1927 |
Entre el 13 de septiembre de 1923 y el 28 de enero de
1930, el general Miguel Primo de Rivera y Orbaneja asumió la jefatura del gobierno
de España con poderes dictatoriales. La exhibición pública de la bandera
catalana fue prohibida. Es en una fotografía que publica La Vanguardia el 12 de junio de 1930 con motivo del Real Decreto
que deroga el de 1923 donde vemos la Senyera
acompañada de 2 banderas de la Ciudad que cuelgan del balcón de la fachada
principal del Ayuntamiento. En estas banderas, cuarteladas, por supuesto, creo
ver cuatro fajas horizontales rojas.
12 junio 1930
El 14 de abril de 1931 se proclamó la II República
Española. El 18 de julio de 1936, los generales Sanjurjo, Varela y Franco
dieron un golpe de estado militar que desencadenó tres años de guerra civil. El
1º de abril de 1939 acabó la guerra con la derrota de la República y dio
comienzo la dictadura del general Franco. Otra vez la exhibición de la bandera
catalana fue delito. A partir de esa fecha, de forma más o menos sutil, van
desapareciendo les quatre barres
catalanas de la simbología municipal.
No obstante, y entrando en mis propios recuerdos de niño-vexilólogo-antes-de-la-vexilología,
la bandera “oficial” de Barcelona, la que cada año salía en la procesión de
Corpus, seguía siendo cuartelada con 4 fajas en los cuarteles 2 y 3. Por
suerte, en los fondos del abuelo de mi esposa −Isaac Galan, importante
fotógrafo amateur− he podido encontrar imágenes de aquella bandera en la
procesión de Corpus de 1946. También en aquella procesión de 1946 tomó parte la
Bandera de Santa Eulàlia del cabildo
catedralicio que sigue el modelo de las de los siglos XVI y XVII.
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Procesión de Corpus de1946
Bandera de Santa Eulalia en la
procesión de Corpus de 1946
Durante los años 50, la simbología del régimen prolifera:
En los ayuntamientos de toda España ondean tres banderas: España, Falange Española
y Comunión Tradicionalista. Las banderas municipales son utilizadas en
festividades como un elemento más o menos folklórico. Una fotografía de las
fiestas de la Merced de esa época nos muestra una bandera de la ciudad con 2
fajas horizontales.
Fiestas de la Merced, años 50’
En 1975 muere Franco. El decrépito régimen se
autodisuelve y llega la democracia y las elecciones libres. Aparecen caras
nuevas al frente del Ayuntamiento de la Ciudad; pero, curiosamente, banderas
que podríamos llamar históricas. Cambio
16, revista famosa en la transición, reproduce en su ejemplar del 2 de
noviembre de 1981 una imagen del alcalde Narcís Serra trabajando en su
despacho. A su espalda, la bandera de la Ciudad con cuatro fajas rojas!!!. Otro artículo de Cambio
16, del 14 de febrero de 1983, muestra al alcalde Pasqual Maragall en su
despacho, y a su espalda y un poco mareada por estar cabeza abajo ( ¡este departamento de protocolo…!), vemos la misma
bandera. No deja de ser curioso que todas las demás banderas fabricadas y
exhibidas públicamente, tanto por el Ayuntamiento como por hoteles y entidades
privadas, tuvieran solo 2 fajas rojas. ¿Por qué?
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El alcalde Narcís Serra en su despacho (Cambio 16, 2.11.1981) |
El alcalde
Pascual Maragall (Cambio 16,
14.2.1983) |
Las elecciones municipales de 3 de abril de 1979 renuevan
todos los ayuntamientos de España. Los nuevos consistorios se encuentran los
tres mástiles en las fachadas de sus edificios. En Cataluña, uno lo ocupa rápidamente
la bandera catalana y el otro, la bandera municipal (si existe). En 1982, un
grupo de vexilólogos catalanes acordamos la fundación de la Associació Catalana de Vexil·lologia (ACV).
Una de las actividades de mayor volumen era la de ayudar a los municipios de
Cataluña que deseaban dotarse de bandera municipal. El 11 de abril de 1984
emitimos el primer informe, el de la bandera de Figueres. La bandera fue
aprobada por el pleno municipal de 16 de junio de 1984 y presentada
solemnemente a la ciudad el 29 de junio siguiente. La madrina de la bandera fue
Marta Ferrusola, esposa del presidente de la Generalitat de Catalunya, Jordi
Pujol. ¿Qué relación guarda la bandera de Figueres con la de Barcelona?
Sencillamente, que las dos son banderas cuarteladas del símbolo municipal y del
símbolo de Cataluña. En la ACV tuvimos bastantes sesiones de trabajo para
consensuar un modelo aplicable a las banderas de municipios con escudos de tal
tipología. En el informe de la bandera de Figueres proponemos:
“RECOMENEM una
bandera heràldica, seguint la tradició catalana i occidental. Posats d’acord
amb l’heraldista Armand de Fluvià i Escorsa, soci fundador de la Societat
Catalana de Genealogia, Heràldica i Sigil·lografia ensems que soci fundador de
la Associació Catalana de Vexil·lologia, creiem que, per la seva importancia
històrica i real i com a ciutats reials que són, Balaguer, Berga, Cervera,
Prats de Rei, Granollers, Badalona, Vic, Barcelona, Pobla de Claramunt,
Figueres, Tàrrega i Parets del Vallès, haurien de tenir banderes fidel reflex
del propi escut, en tot el posible.
[…]
Hem preferit la
disposició vertical, que esmentem, dels pals de l’escut de la Casa de Barcelona
perquè, si bé, els quarters segon i tercer que els contenen només coincideixen
en un angle considerem que no oferiria una visió estètica la continuitat de
divuit faixes.
Al respecte cal
dir que a la història dels senyals catalans no hi ha una unitat absoluta en el
nombre de pals de les armes de la Casa de Barcelona i encara menys quan
aquestes intervenen en banderes. Això explica que hagin sovintejat senyals amb
només dos pals vermells, per exemple en la bandera de Barcelona més vista
durant el franquisme i que roman actualment. Pot ser
que aquest cas es doni per pures raons estètiques. A la particular bandera de
Barcelona de només dos pals, disposats en forma de faixes, l’amplada de
cadascun dels pals, la dels troços del camp groc que resten visibles i la dels
travessers de la creu són exactament de la mateixa amplada i això confereix una
notable bellesa a tot el disseny, especialment perquè el travesser vermell
horitzontal de la creu correspon al quarter inmediat una faixa groga. Possiblement no seria incorrecta una bandera de Figueres que incloguès
només dos pals vermells en els quarters segon i tercer (ho seria més a l’escut)
per bé que aleshores haurien de ser faixes, no pals. Amb tot, a l’hora
d’aprovar oficialment una bandera són aconsellables els quatre pals en cada
quarter, per tal d’unificar per sempre el nombre de pals”.
El ayuntamiento de Figueres aprobó el diseño base de los
dos que incluía el informe de la Associació Catalana de Vexil·lologia.
Vexil·la Catalana, núm. 1,
p.12-13
Quisiera recordar aquí la ingente y constante labor de
Rafael Cardona i Martí en pro de la recuperación de los cuatro palos en el
escudo y bandera de Barcelona. Desde 1966, cuando escribió su primera carta al
entonces alcalde de Barcelona José María de Porciones, escribió cartas a todos
ellos: Enric Masó, 1973; Joaquim Viola, 1976; Josep Mª Socías, 1977; Narcís Serra,
1979 i Pascual Maragall, 1982. También intercambió puntos de vista con
eminentes heraldistas, políticos, periodistas y eruditos, enviando más de un
centenar de cartas a todos los periódicos de la ciudad. Creo que en gran parte
le debemos a él la recuperación de nuestros símbolos históricos.
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Libro editado por Rafael
Cardona en Abril de 1995
En 1984, el Ayuntamiento aprobó el nuevo escudo
municipal, obra del diseñador Santi Pau
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y creó la
Unitat Operativa d'Estadística, Informació
i Publicacions para homogeneizar la imagen del Ayuntamiento de cara al
ciudadano. El consistorio se decantó claramente por la bandera de dos fajas,
construidas además como si las cruces estuvieran superpuestas a una bandera de
Cataluña y, por lo tanto, compartieran la faja amarilla central. Recuerdo una
exposición en el Born en la que la
entrada se hacía bajo un juego de lienzos que reproducían en tres dimensiones
esta idea. ¿Tendrían los organizadores de tal error heráldico/vexilológico
envidia de la Union Flag británica, o
simplemente tendríamos que decir que "la ignorancia es atrevida"?
El movimiento reivindicativo de la representación
plena de Cataluña en los símbolos de Barcelona fue encabezado por los partidos
nacionalistas: la coalición Convergència
i Unió (CiU) y Esquerra Republicana
de Catalunya (ERC). Inmediatamente, los demás partidos del arco ciudadano
se posicionaron como partidarios más o menos claros de los dos palos: Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC),
Partit Socialista Unificat de Catalunya
(PSUC) −después Iniciativa per
Catalunya (IC)−
y Alianza Popular (AP) −más
tarde Partido Popular (PP). Y ya tenemos montada una "contienda de
banderas", que no "guerra", ya que se plasma más en las
"cartas al director" de los periódicos que en las calles.
Pasan los años, la controversia continúa, se
organizan "comisiones municipales", se toman "acuerdos
previos" (el del 12.1.1990 de la Carta Municipal) y llegan las Olimpiadas
de 1992. El escenario es perfecto, la dimensión es universal y Barcelona se
inunda de banderas catalanas. El contraataque municipal es inmediato: regalan
casi de puerta en puerta lienzos de bandera olímpica y de bandera de Barcelona
con dos palos muy acentuados, y lo peor es que no llevan "instrucciones de
uso y colocación". Arreció fuertemente la polémica; la ciudadanía se despista,
incluso nuestra presidenta Anna M. Galan es requerida por varias emisoras de
radio para tratar de aclarar la cuestión. Por otra parte, la falta de visión al
adoptar como modelo el peor de los posibles, desencadenará, después de acabados
los Juegos (ya que entonces claramente se pactó una tregua olímpica), una
polémica política sobre los símbolos de la Ciudad que desembocó en los cambios
de bandera que motivan esta comunicación.
La ciudad entera es pura vexilología; está radiante por
los cuatro costados. Las fotografías de la época así lo atestiguan. Vemos desde
los lienzos obsequiados por el Ayuntamiento colocados en todas las posiciones
posibles hasta banderas “oficiales” confeccionadas con diferentes criterios.
Bien es cierto que por aquel entonces no existía ninguna normativa de
construcción de la bandera de la Ciudad. Me gusta destacar la bandera de
Barcelona que participó en la ceremonia de clausura de los Juegos ya que fue
confeccionada de acuerdo a las indicaciones que desde la ACV hicimos a los
responsables de imagen y protocolo del Barcelona ’92 y que también figura en el
cartel oficial de las banderas de las delegaciones participantes: Ya que
entonces no se podían recuperar las cuatro barras y forzosamente debían de ser
dos, por lo menos pedimos y conseguimos que su confección fuera correcta, con
todas las fajas de los cuarteles 2 y 3 de la misma anchura.
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Después de los Juegos Olímpicos, la contienda
volvió a sus cauces epistolares, aunque las posturas se fueron politizando. En
1993, el profesor Joan Ainaud encontró el dibujo que acompañaba al acuerdo de
1906 (16);
parecía que con este hallazgo se llegaría a
un rápido acuerdo, pero no fue así. ERC, en las municipales de 1995, obtuvo 2
representantes que fueron decisivos para que el PSC, junto con su socio
habitual IC, consolidaran una mayoría de gobierno estable. En ese momento, ERC
exigió la modificación de los símbolos ciudadanos según sus tesis que, por otra
parte, coinciden con los de la bandera de 1906 y con el modelo propuesto en
1984 por la ACV. Otra vez se organizó una comisión presidida por el heraldista
e historiador Martí de Riquer y compuesta por el también heraldista Armand de
Fluvià, los diseñadores Claret Serrahima y Ramón Bigas, el semiólogo y
catedrático de la UAB Miquel de Moragas y el ex-regidor del Ayuntamiento por Unió Democràtica de Catalunya y gran
defensor de los quatre pals, Eduard
Cardona (hijo del anteriormente mencionado Rafael Cardona).
El 2 de mayo de 1996, los diseñadores entregan la
propuesta definitiva sobre el "sello" y el "símbolo",
presentando seis opciones, cuatro para al símbolo y dos para el sello, quedando
sólo pendiente que la comisión heráldica decida qué tipo de corona lucirá el
sello. Empieza el confusionismo de las palabras. Para nada se habla de
"escudo" ni de "escudo municipal". Los elementos
presentados son el "sello" que sería el "timbre oficial de la
alcaldía" o "sello de despacho" y el "símbolo",
"destinado a otros usos cotidianos" o también "símbolo
institucional". Según Armand de Fluvià se confunden los términos previstos
en el tit. II, cap. V. de la ley 8/1987 del Parlament
de Catalunya, Llei de Règim Local y en el Reglament dels símbols dels ens
locals de Catalunya
(Dec. 263/1991 de 25 de noviembre). Aplicando el reglamento, donde la propuesta
de los diseñadores dice "sello" debería decir "escudo" y
donde dice "símbolo" debería decir "emblema". Armand de
Fluvià, mostrando su desacuerdo, abandona la comisión.
El Pleno municipal de 18 de mayo de 1996 aprueba
“sello” y “símbolo” con el voto en contra del PP. Los políticos están
satisfechos:
Pilar Rahola, presidenta del grupo de ERC en el
Ayuntamiento de Barcelona. (Entrevista de Luis Sierra, La Vanguardia, 22.05.96):
[...]
-Cambiar el escudo de Barcelona era una de sus condiciones. ¿También es su
éxito?
-El éxito de ERC es haber conseguido
tranquilizar y normalizar los símbolos de la ciudad y haber conseguido un
consenso. ERC abrió la carpeta. Pero es mérito de todos los que han intervenido
en el consenso.
-¿Sigue usted afirmando que el escudo con dos palos por cuartel es
franquista?
-Había antecedentes históricos con dos y cuatro palos. Pero ERC siempre dijo lo
mismo, que desde 1939, desde el franquismo, hubo una vocación específica para
hacer un solo escudo, el de las dos barras. No es franquista, pero en la época
fanquista ése era el escudo preferido.
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Eulàlia Vintró, segunda teniente de Alcalde del
Ayuntamiento de Barcelona, IC-EV. (Entrevista de Enric Sierra/Joan Ariza, Avui, 23.05.96).
[...]
-¿Piensa que valía la pena organizar el debate del escudo?
- Nosotros no éramos partidarios. El escudo
de Barcelona ya nos estaba bien. El debate yo diría que ha sido bastante más
pequeño. La ciudadanía estaba bastante al margen de esta discusión. Dicho esto,
si todo el mundo está de acuerdo con el nuevo escudo, nosotros también. No será
problema. Sinceramente, nuestra opinión es que a la ciudad de Barcelona este no
es un tema que haya preocupado, y que hemos de dedicar nuestros esfuerzos a
problemas que realmente preocupan a la ciudad.
Enric Lacalle, presidente del grupo del PP en el
Ayuntamiento de Barcelona. (Entrevista de Marta Ricart. La Vanguardia, 23.05.96).
[...]
-En cambio, usted no apoyó la renovación del escudo de Barcelona.
-Es un asunto que no preocupa a un solo
barcelonés. Hay partidos y personajes como Pilar Rahola que la carencia de un
programa de gobierno la suplen con la búsqueda de imágenes. A los barceloneses
nos gusta el escudo actual. Rahola se ha buscado una excusa para aparecer en
los medios de comunicación y Maragall, para mantenerse como alcalde, ha cedido.
Miquel Roca. Jefe de la Oposición en el
Ayuntamiento de Barcelona. (Entrevista de Enric Sierra/Joan Ariza. Avui, 25.05.96).
[...]
-¿Le gusta el nuevo escudo?
-A mí sí. Nosotros fuimos los impulsores
de esta idea. Queríamos que en el proceso de recuperación nacional de Cataluña,
Barcelona como capital de Cataluña tuviera las cuatro barras, y ya lo tenemos.
Pasqual Maragall, Alcalde de Barcelona. (Entrevista
de Joan Ariza/Enric Sierra. Avui
26.05.96).
[...]
-¿Le gusta el nuevo escudo?
-Es más moderno, más
"entenedor" y más fácil de reproducir. Además están las dos
variantes. Al PP ya le conviene decir, como partido conservador, que le gusta
el actual, que es un sentimiento que tenemos todos. Pero ha quedado un poco
anticuado. Si sólo hubiera sido una cuestión de legitimidad, de heráldica... ya
que los que participaron eran suficientemente buenos en esta materia, no
habríamos cambiado. Pero se ha presentado la oportunidad de mejorarlo desde el
punto de vista gráfico y es mejor el nuevo.
Tras poco más de cinco semanas de calma, en el
diario Avui de 02.07.96 aparece un
artículo que presagia futuras controversias. Tras el título "El PSC
reserva a Maragall la competencia sobre la bandera", el articulista recoge
uno de los puntos incluidos en la moción que permitió aprobar el sello y el
símbolo:
“Facultar a
la alcaldía para tomar las medidas oportunas para garantizar la efectividad de
los acuerdos adoptados, entre ellos la redacción de los criterios y normas de
aplicación, indicando además que, los diseñadores han iniciado los trabajos de
diseño de la bandera, partiendo de la idea de que reproducirá el símbolo y no
el sello”.
Al finalizar el pleno municipal de 12 de julio de
1996, el Alcalde presentó el trabajo de los diseñadores: “En el último minuto del pleno el alcalde comunicó sin opción a debate
ni votación alguna la inminente aprobación del nuevo diseño de la bandera de
Barcelona, que reproducirá sobre un fondo azul o amarillo (aún por decidir) el
escudo aprobado hace dos meses”. El diseño cuenta con la aprobación de todos
los grupos a excepción de ERC, que reclama la reproducción del sello oficial,
dividido en cuarteles con las cuatro barras. El alcalde Maragall dio por
zanjado el asunto y, ya acabada la sesión, anunció que el diseño quedaria
fijado en un próximo decreto de la alcaldía (El País, 12.07.96). Enric Juliana en su crónica en La Vanguardia, indica como primicia que
hay un acuerdo entre Pasqual Maragall y Miquel Roca: color amarillo con el nuevo escudo... tras superar la tentación
rupturista del azul mediterráneo. La nueva bandera es la simple aplicación del
nuevo símbolo institucional de Barcelona a la función de estandarte. Sin
pretensiones de grandilocuencia, sin énfasis patrióticos, sin concesiones
historicistas.
El Avui
del día siguiente, 14 de julio de 1996 recoge las reacciones de conocidos
ciudadanos:
Armand de Fluvià (heraldista):
Es un engendro, una vergüenza nacional,
que se salta a la torera el reglamento de símbolos de los entes locales de
Cataluña, donde se dice explícitamente que la bandera no puede contener el
escudo... disparate descomunal que la bandera de Barcelona no se pueda acomodar
a los mismos criterios de los demás municipios de Cataluña.
Josep M. Subirachs (escultor):
Esto no es una bandera, es un símbolo
puesto en un paño de color, de manera que cuando la enseña no vuele no se verá
ni el símbolo, sólo un paño de color.
Avel·lí Artís-Gener "Tísner" (escritor):
Sustituir la bandera vieja por la
nueva... es como sustituir el "Cant espiritual" de Joan Maragall por
"La vaca cega".
Joan Pere Viladecans (pintor):
En principio me gusta; intentar seguir
las normas de la heráldica supone un lastre que dificulta la concepción del
diseño más moderno.
Guillermina Motta (cantante):
La bandera no es un tema que me quite el
sueño, porque hay otros mucho más importantes.
Núria Feliu (cantante):
El modelo de bandera no me desagrada, de
las diferentes propuestas que he visto... Me gusta más el amarillo, puedo
sentirlo más mío.
Heribert Barrera (ex-presidente del Parlament de
Catalunya):
Como propuesta visual no me gusta que
este símbolo de la ciudad esté en la bandera... El fondo azul es más bonito que
el fondo amarillo.
Quim Monzó (escritor):
Una muestra excelente del grado de
imbecilidad y de ignorancia a que han llegado el señor alcalde y la
"cort" (en el sentido porcino) que le rodea.
Carles Sentís (periodista):
Enseña muy original... Es muy difícil hoy
en día conseguir una cosa original... De los dos diseños me gusta más el azul,
que, además, es el color de fondo de la antigua bandera náutica de la marina de
Cataluña".
Baltasar Porcel (periodista y escritor):
Indiferencia absoluta; mi inclinación
natural no va hacia este tipo de cosas.
Pasan otros dos meses y la prensa vuelve a ocuparse
del tema, (Avui, 12.09.96, artículo
de Enric Sierra). Parece que se ha descartado la aprobación por decreto ya que
la intención del Alcalde es someter a votación libre y secreta las dos opciones
de la nueva bandera. Pilar Rahola que amenaza con salir del pleno si se vota la
propuesta de bandera, la cree más propia
de un centro comercial que de la capital de Cataluña. El periodista indica
que la mayoría se decanta por el azul,
los diseñadores, el alcalde, el jefe de la oposición Miquel Roca, y la segunda
teniente de alcalde Eulàlia Vintró, a pesar de que reconocen que el amarillo es
"más correcto" desde el punto de vista de los tradicionales símbolos
catalanes.
El 20 de septiembre, ERC inicia una campaña en la
calle a favor de la bandera cuartelada distribuyendo 4.000 banderitas durante
las Festes de la Mercè. Una de las
cuales llega hasta el mismísimo balcón principal de la Casa de la Ciudad.
24 de
Septiembre de 1996
Se fija la votación para el día 25 de septiembre,
día siguiente al de la festividad de Nuestra Señora de la Merced, patrona de
Barcelona. Los periódicos del día destacan sobre todo la postura adoptada por
el líder de Unió Democràtica de Catalunya
(UDC), Josep Antoni Duran i Lleida, que se desmarca de su socio de coalición Convergència Democràtica de Catalunya
(CDC).
La Vanguardia:
Roca gana el pulso a
Unió y aprobará con Maragall la bandera
[...]
Duran i Lleida se
desmarca
[...]
Posible abstención del
PP
El Periódico (Xavi Casinos):
Unió romperá hoy la disciplina de voto de Convergècia i Unió en el pleno de la
bandera
[...]
Roca define la nueva bandera:
Contiene las cuatro
barras y la cruz de Sant Jordi.
Un recuadro bajo el título Un símbolo
inexistente hasta 1906, expone:
Pascual Maragall no
quiso ayer profundizar en la crisis abierta con la republicana Pilar Rahola y
en el seno del grupo de CiU, y se limitó a manifestar que no la entendía,
porque una bandera "no es tan importante para una ciudad, ya que no tiene
ejército". El alcalde se mostró dispuesto a llevar adelante la aprobación
de la nueva bandera a pesar del rechazo de Unió, ERC y PP. Barcelona no tuvo
bandera hasta 1906. Hasta entonces se utilizaba como insignia el pendón de
Santa Eulàlia (triste
declaración desde el punto de vista histórico-vexilológico).
Parece que otra vez la política y los políticos
hacen de las suyas. Los 41 concejales municipales votan siguiendo las
directrices de sus partidos.
Gana la nueva bandera por 1 exiguo voto sobre los
2/3 requeridos:
16 PSC + 10 CDC + 3 IC = 29 votos a favor
7 PP + 3 UDC = 10 abstenciones
2 ERC = ausentes
Han habido gestiones entre bastidores. CDC da soporte
al PSC con la condición explícita del presidente del partido, Jordi Pujol, de
que el símbolo ocupe más espacio del previsto en la nueva bandera, para hacer
más visibles les quatre barres i la creu de Sant Jordi. Condición
aceptada por el Alcalde. (Avui,
26.09.96)
En el acuerdo votado, el Alcalde consigue:
Gran libertad para
perfeccionar la bandera, para encontrarle las formas geométricas exactas y para
la aplicación futura de los símbolos y sello aprobados. (Avui,
26.09.96)
El Alcalde indica:
El repostero y los
"pins" de los regidores serán una réplica del sello. (Avui.
26.09.96)
En otro periódico, el Alcalde sentencia:
Un capítulo quizás no
trascendental, pero sí confuso, de la historia de la ciudad ha quedado resuelto (El
Pais, 26.09.96)
Desclot en su habitual columna Entre parèntesis
del Avui del 26.09.96 pone un Punt a part, claro y contundente:
“Finalmente
el Ayuntamiento de Barcelona aprobó ayer una nueva bandera propia, moderna, de
diseño y tal. Como conclusión final, pero no definitiva, cabe decir que esta
historia no hubiera tenido que empezar nunca. El nuevo emblema es antihistórico
y nace bajo el signo de la precariedad, porque tres partidos con representación
municipal decidieron abstenerse. Entre los despropósitos, por lo menos algunos
regidores convergentes estaban ayer parcialmente contentos porque "se han
recuperado las cuatro barras en la bandera municipal" y "porque el
alcalde ha aceptado que el escudo sea más grande de lo previsto inicialmente,
de manera que los cuatro palos todavía destaquen más". Para rematar más la
historia, resulta que la bandera que los barceloneses ven hoy en la cima del
Ayuntamiento, por no ser, no es ni definitiva. Los funcionarios municipales,
tan atentos a cumplir al segundo las disposiciones de la alcaldía, se podían
haber esperado unas horas, hasta que el modelo fuera el definitivo. Y un último
apunte. Decía ayer Pilar Rahola que los regidores republicanos habían
abandonado el pleno por rechazo, pero que el pacto de gobierno municipal
"no peligra porque los ciudadanos no entenderían que se rompiera por este
motivo". El problema es que cuando Pilar Rahola pactó en una cena con
Pasqual Maragall la entrada de ERC en el equipo de gobierno, lo hizo dejando caer
sobre la mesa la cuestión de la bandera de Barcelona. Si este punto era tan
importante entonces... ¿por qué no ha de ser ahora motivo para una acción más
contundente? Tal como han acabado las cosas, en aquella cena sobraba la
bandera”.
Inmediatamente, se izó la nueva enseña en el
Ayuntamiento. Comienza entonces un baile de artículos de repulsa ciudadana y
justificaciones municipales que se extienden hasta finales de octubre. La
revista municipal de septiembre-octubre nos presenta un dossier a través del
cual se nos informa de los colores elegidos: Rojo Pantone 485 sobre amarillo
Pantone 121.
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R (PMS 485) / Y (PMS 121) Modelo de construcción
Otra publicación municipal, Barcelona informació, en su número de noviembre-diciembre continua
la labor divulgativa de los nuevos símbolos e incluye una fotografía del
banderín del escuadrón de la policía municipal.
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La nueva bandera incluso se merece una portada de “The Flag Bulletin”
Una encuesta municipal revela, a finales de
octubre, el franco rechazo popular de símbolo y bandera e incluso la militancia
de base de Convergència Democràtica de
Catalunya (CDC) se cuestiona el apoyo que dio su partido para aprobar tales
símbolos.
CDC celebra el 7 de noviembre su congreso nacional.
Sus dirigentes consiguen evitar el enfrentamiento frontal con las bases, aprobando
una enmienda genérica y trasladan el debate a la 11ª asamblea de la Federación
de Barcelona que se celebrará el 14 de diciembre. En previsión de problemas, el
conseller de Governació, Xavier
Pomés, envía el jueves 12 una carta a la alcaldía instando a que se retire la
nueva bandera hasta que se cumplan los trámites para su legalización. Llega la
asamblea del 14 de diciembre y cuando parecía que se aprobaría la enmienda
genérica del congreso nacional, una militante fuerza el debate y consigue que
se vote un acuerdo más concreto referente a los símbolos de Barcelona, que
deberán tener, sin ambigüedad, las 4 barras y la cruz de Sant Jordi. La
proposición se aprueba con más de 300 votos a favor y ninguno en contra.
Ante tales presiones, el lunes 16 de diciembre el
alcalde Maragall claudica; no obstante, se cita con Roca para enseñarle un
nuevo modelo de bandera que, si es cierta la información aparecida en La Vanguardia del 21.12.1996, se generó
en la mente del Alcalde el sábado 14:
“Pasqual Maragall se halla
en su casa de Rupià (Alt Empordà), viendo un programa de la televisión local de
Girona. En la careta del programa aparece la bandera de Girona: las cuatro
barras dispuestas en horizontal con el símbolo municipal superpuesto. El
alcalde toma nota ante la tormenta que se le avecina. Inmediatamente pone a los
diseñadores a trabajar, con la idea de superponer al campo amarillo los cuatro
palos rojos”.
El mismo lunes, Miquel Roca presenta el modelo a
Jordi Pujol, presidente de CDC, a Pere Esteve, secretario general, y a Artur Mas, presidente de la Federación de Barcelona; los tres lo
aprueban. Roca informa a Maragall y este inicia los contactos con los demás
grupos políticos con el secreto objetivo de aprobar el nuevo diseño en el Pleno
del viernes 20. El jueves 19, además de PSC y CDC, Alberto Fernández Díaz (PP)
se muestra dispuesto a votar a favor si los demás grupos también lo están, y
Eulàlia Vintró (IC-EV) no pone objeciones. Quedan pendientes UDC y el PI
(escisión de ERC).
El viernes 20, el alcalde Maragall inicia el Pleno
diciendo que el tema de la bandera se pospone al mes siguiente a la espera de
un mayor consenso. No obstante, al recibir el "sí" de Duran i Lleida
(UDC) que le transmite el regidor Josep Maria Samaranch y pactar con Pilar
Rahola (PI) que estará de acuerdo si el resto también lo está, el Alcalde
decide suspender el Pleno diez minutos y reúne a los jefes de grupo en su
despacho donde se consolida el pacto. Minutos después, todos lo rubrican
públicamente para que ninguno pueda negarlo. Barcelona tiene otra "nueva
bandera", "por unanimidad". Como dicen los titulares del día
siguiente: “Fin del culebrón” ¡Otra bandera fruto del pacto político!
20 de diciembre de
1996
El 27 de diciembre se publica en el DOGC el acuerdo
inicial de aprobación de la nueva bandera y se abre el período de exposición
pública que acabará el 1 de febrero de 1997. La realidad es que la ciudadanía
sigue desconcertada. En la ciudad se exhiben todos los modelos de bandera, la
antigua cuarterada, la amarilla y la nueva con el símbolo sobre los cuatro
palos. Para mayor confusión, también se aprueba una “banderola festiva” que era
aquella con fondo azul que se rechazó en septiembre.
Vuelta a empezar. La fachada del Ayuntamiento
exhibe inmediatamente la nueva bandera. Los vexilólogos, que nos fijamos en los
detalles, tratamos de descifrar dimensiones, proporciones y colores. El primer
modelo izado es diferente del que luego aparecerá en la "Normativa
gráfica".
El 3 de febrero el Consell local de Barcelona de CDC critica el voto favorable que su
partido dio a la nueva bandera.
Un Pleno municipal de principios de marzo rechaza
todas las alegaciones presentadas durante el período de exposición pública y
aprueba definitivamente las nuevas banderas. Todavía, en cambio, no se ha
iniciado el expediente para su legalización en la Direcció General d'Administració Local pues existen diferencias de
criterio en cuanto a la viabilidad legal de los diseños aprobados. Por lo
tanto, reaparece la necesidad de "pactar".
Otra vez la revista “La Municipal de Barcelona”, en su número de marzo-abril de 1997,
se hace eco de los nuevos símbolos aunque de una forma más escueta a través de
la información de la aparición de la Normativa
gràfica de l’Ajuntament.
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El Ayuntamiento ejecuta una potente campaña de
difusión de la “bandera institucional” distribuyendo gratuitamente 3.500
banderas; el resultado obtenido es parcial, ya que en los balcones de la ciudad
en la Diada de Sant Jordi se ven unas
cuantas “banderas nuevas”, sin embargo, en el conjunto de la ciudad predomina
la tradicional Senyera.
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Hacia finales de abril se presenta el expediente a
trámite. El informe de la Secció
Històrico-Arqueològica de l'Institut d'Estudis Catalans es preceptivo pero
no vinculante. Con el reglamento en la mano, las nuevas banderas son bastante
inaprobables, así que el "informe" es desfavorable. ¿Qué hacer,
mantener in eternum la polémica o
buscar un punto de acuerdo? El Ayuntamiento aduce la aprobación por unanimidad
de los símbolos frente al estricto cumplimiento de la letra. Por fin, Manuel
Castellet, presidente del Institut
d'Estudis Catalans, consigue que el dictamen no sea completamente negativo
y abre una vía de posibilidad a la legalización (27 de junio de 1997). El 1 de
julio se da a conocer un acuerdo entre la Generalitat
y el Ayuntamiento para aprobar las banderas. Por fin, el 28 de julio, la Direcció General d'Administració Local del
departament de Governació de la Generalitat de Catalunya, comunica al
Ayuntamiento la legalización de la nueva enseña y su inscripción en el registro
de símbolos de las administraciones locales.
Con este acuerdo se pone fin a una larga polémica,
pero no contenta demasiado a nadie. Varios partidos políticos (ERC, PI, UDC y
CDC) anunciaron que volverían a plantear
el tema de la bandera en las elecciones municipales de 1999.
Las características técnicas de las nuevas
banderas, indicadas en la Normativa
gràfica de l'Ajuntament, son:
Bandera institucional.
- Proporción,
2x3
- Campo dividido en 9 palos verticales iguales
alternados, cinco amarillos (P. 123) y cuatro rojos (P. 485).
- Símbolo en forma de cairó (cuadrado en punta), centrado sobre el campo, de una altura
de 7/9 de la altura de la bandera, de color rojo (P. 186) sobre blanco.
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Bandera festiva y promocional.
- Proporción,
2x3
- Campo de color azul (P. 2727)
- Símbolo en forma de cairó (cuadrado en punta), centrado sobre el campo, de una altura
de 7/9 de la altura de la bandera, de color rojo (P. 186) sobre blanco.
- Al palo, un segmento de círculo que arranca y
acaba a 1/108 = [1/4 x 1/27] de la altura de la bandera, de los vértices superior
e inferior y de una anchura máxima en el centro de 5/108 = [(1/4 x 1/27) + 1/27) de la altura de la
bandera, de color rojo (P. 186)
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Bandera festiva versión balcón.
- Proporción,
1x1
- Campo de color azul (P. 2727)
- Símbolo en forma de cairó (cuadrado en punta), centrado sobre el campo, de una altura
de 7/9 de la altura de la bandera (sin contar el segmento superior) de color
rojo (P. 186) sobre blanco.
- Al palo (superior), un segmento de círculo que
parece que arranca y acaba en los vértices derecho e izquierdo de la bandera,
de color rojo (P. 186)
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Cabe indicar que la "bandera
institucional" presenta dos tonos de rojo superpuestos −no recuerdo otro
caso en el mundo− y que el uso de la bandera festiva en sus dos versiones
ha sido prácticamente nulo.
En septiembre de 1997 el alcalde Pascual Maragall
renuncia a la alcaldía tal como había anunciado unos meses antes y se instala
un tiempo en Roma; todo ello en un plan estratégico de cara a las elecciones
tanto municipales como autonómicas que habían de celebrarse en 1999. El
consistorio barcelonés elige como nuevo alcalde a Joan Clos quien tendrá que
enfrentarse a la nueva polémica sobre los símbolos de Barcelona reabierta
durante las elecciones municipales de 1999 y verá su desenlace definitivo en
2003.
En el primer mitin de campaña, el candidato de CiU,
Joaquim Molins, olvidándose de los pactos de 1996, reclamó la recuperación de
la bandera cuartelada “la auténtica como
capital de Catalunya” según sus propias palabras. No obstante, el tema de
la bandera no fue crucial en las elecciones; se renovó la misma mayoría que
gobernaba la ciudad (PSC + ERC + ICV) y la mayoría de los ciudadanos siguió
“pasando” de los símbolos municipales. En unas imágenes de las Festes de la Mercè de 2002 vemos el
“sello oficial” en el tapiz que cuelga del balcón, un viejo escudo con dos
palos en la mesa del salón del Consell de
Cent y la novedad del banderín del escuadrón de la guardia montada (sin
caballos y marchando a pie). Este banderín no he sabido encontrarlo en ningún
reglamento ni normativa de diseño.
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El 4 de abril de 1998, ERC y unos días después la Societat Catalana de Genealogía, Heràldica,
Sigil·lografia i Vexil·lologia (SCSHSV),
presidida por Armand de Fluvià, iniciaron un recurso en contra de los
acuerdos de aprobación de las nuevas banderas. La justicia es lenta pero
implacable y así, el 26 de julio de 2002, la Sección Quinta de la Sala de lo
Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña
pronunció la Sentencia Nº 614/2002 en el recurso contencioso-administrativo nº
1254/1997 interpuesto por la SCGHSV contra el Ayuntamiento de Barcelona. En
ella, después de enunciar los “antecedentes de hecho” y referir los
“fundamentos de derecho” la sala emite su “fallo”:
“1º.-
Estimar el presente recurso y, en consecuencia, declarar no ajustados a Derecho
y anular los acuerdos impugnados del Consejo Plenario del Ayuntamiento de
Barcelona de 17 de mayo de 1996 y de 7 de febrero de 1997, mediante los que se
aprobaron, respectivamente, el “sello oficial” y el “símbolo”, así como las
banderas oficial y festiva de la Ciudad”.
Básicamente el fallo se fundamenta en el no
cumplimiento de lo dispuesto en la Ley 8/1987, de 15 de abril, Municipal y de
Régimen Local de Cataluña, y en el Reglamento de los símbolos de los Entes
locales de Cataluña, aprobado por Decreto 263/1991, de 25 de noviembre de 1991
“cuya interpretación y aplicación debe
hacerse”.
Inmediatamente, el 31 de julio, el Ayuntamiento
emite un comunicado:
“L'Ajuntament de Barcelona ha rebut la sentència del Tribunal Superior de
Justícia de Catalunya que tracta dels acords dels Consells Plenaris del 17 de
maig de 1996 i del 7 de febrer de 1997 respecte els símbols de la ciutat: el
segell, la bandera i símbol.
Davant la
decisió del tribunal d'anul.lar els acords per raons formals o de procediment,
cal destacar en primer lloc que la Carta Municipal de Barcelona ha donat
validesa als acords, ja que la pròpia sentència declara que la llei de
Barcelona -de rang superior al reglament que motiva l'anul.lació- estableix
quina és la bandera de la ciutat de manera coincident amb el que determinaven
els acords municipals.
La legalització més evident, en últim terme, deriva de la Carta Municipal,
aprovada per la llei 22/1998 del Parlament de Catalunya, de 30 de desembre, la
qual conté la regulació directament aplicable als símbols de la ciutat.
D'altra banda, i pel que fa a les qüestions formals, l'Ajuntament, un cop
aprova en el plenari la bandera, el segell i el símbol, els va trametre a la
Generalitat, la qual els va legalitzar. Els Serveis Jurídics de l'Ajuntament de
Barcelona demanaran aclariments al Tribunal sobre la resolució adoptada”.
Al conocerse la sentencia los símbolos de Barcelona
vuelven a las portadas de toda la prensa de la ciudad
y a la vuelta del verano, el primer partido de la
oposición (que en su día pactó los símbolos anulados) ante la indecisión del
equipo municipal, contraataca
El 13 de noviembre el Ayuntamiento de Barcelona
presenta un
“…
escrito para promover incidente de inejecución parcial, por imposibilidad
legal, de la sentencia dictada en este recurso, solicitando que se dictase en
su día resolución por la que, estimando dicho incidente en base a la
contradicción, que se alegaba, de dicha sentencia con la Carta Municipal de
Barcelona, aprobada con posterioridad a la fecha en que se dictaron los actos
recurridos en este procedimiento, se declarase: que el contenido del sello
municipal aprobado por el Ayuntamiento en ningún caso podía utilizarse como
escudo, por no haberse seguido el procedimiento establecido para la aprobación
de éste y sí, en cambio, como sello municipal, para cuya aprobación no
establecen las normas ningún procedimiento especial para cuya aprobación no
establecen las normas ningún procedimiento especial; y que la Carta municipal
de Barcelona aprobó la bandera y el símbolo de la ciudad, por lo que el único
trámite necesario para ejecutar la sentencia será su remisión a la Generalitat
de Catalunya para su inscripción en el Registro de los Entes locales”.
El 19 de junio de 2003, el Tribunal acuerda:
“Desestimar
el incidente de imposibilidad legal de ejecutar en parte la sentencia dictada
en estos autos el 26 de julio de 2002, que formula la representación del
Ayuntamiento de Barcelona. Requiérase a la Corporación demandada a fin de que
proceda al cumplimiento de dicha sentencia, absteniéndose de utilizar en lo
sucesivo los símbolos que fueron aprobados en virtud de los acuerdos anulados
por dicha sentencia, y comunicando a esta Sala las medidas adoptadas para la
ejecución de lo resuelto”.
El 31 de julio de 2003 el alcalde Joan Clos acata
la sentencia, retira la bandera y adopta la Senyera como bandera provisional de
la Ciudad. La nota de prensa dice:
“L'alcalde
de Barcelona, Joan Clos, ha reunit aquest matí els presidents dels diferents
grups municipals i ha anunciat l'adopció provisional de la bandera catalana, la
senyera amb les quatre barres. com a bandera de la
ciutat , en substitució de la bandera que fins ara s'ha utilitzat oficialment.
La mesura és temporal fins el moment en que -d'acord la tramitació prevista per
la llei- el plenari del Consell Municipal aprovi una bandera de Barcelona amb
caràcter definitiu. Així ho ha anunciat el mateix alcalde després de reunir-se
amb Jordi Portabella, president del grup d'Esquerra Republicana, Imma mayol, presidenta
del grup municipal d'Iniciativa per Catalunya-Verds; Xavier Trias, president
del grup municipal de Convergència i Unió i Alberto Fernández, president del
grup municipal del Partit Popular. La d'aquest matí ha estat, de fet, la
primera reunió de la comissió encarregada d'abordar la qüestió dels símbols de
la ciutat, comissió creada per acord del Consell plenari en la sessió celebrada
el dia 17 de juliol passat.
A la sortida de la reunió, l'alcalde ha explicat que els representants dels
diferents grups municipals estan d'acord en fer els procediments necessaris per
tal de adequar i aprovar com Escut de la ciutat l'actual segell oficial. Clos
ha anunciat també que el l'actual símbol que utilitza l'Ajuntament com a imatge
corporativa passarà a ser l'Emblema, d'acord amb el que preveu la legislació de
la Generalitat en aquest terreny. "D'aquesta manera -ha explicat Clos-
volem minimitzar els efectes i trasbalsos que puguin representar l'adaptació
dels símbols de Barcelona a les disposicions de la sentència"
La solució definitiva de la bandera queda pendent del treball de la Comissió
formada pels presidents dels grups municipals a partir, segons ha explicat Joan
Clos, de que es disposi dels informes tècnics corresponents. Clos ha expressat
la seva intenció de convocar una nova reunió de la Comissió per abordar aquesta
qüestió en les primeres setmanes de setembre "per tal de resoldre el més
ràpidament possible la situació actual"
Així doncs, l'alcalde ha signat un decret per tal que, de manera immediata i en
compliment de les resolucions judicials sobre els símbols de la ciutat, la
bandera catalana ocupi el pal que correspon a la bandera a la ciutat a la seu
central de l'Ajuntament i a les seus dels 10 districtes.
Al día siguiente, 1 de agosto de 2003, la prensa
vuelve a hacerse eco de los acontecimientos
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La nueva bandera es izada en el Ayuntamiento y en
los lugares representativos de la ciudad.
Otra vez pasa el cálido verano de 2003. Los
políticos municipales siguen “pactando”. No hay salida, el Alcalde preferiría
legalizar la bandera de 1997 pero esta vez ERC y CiU se muestran firmes en su
decisión de recuperar los símbolos tradicionales (modelo 1906) y el PP
preferiría recuperar la bandera de 1942 (Avui,
18/12/2003)
El 17 de diciembre de 2003, la Alcaldía emite un
comunicado con el acuerdo de la Junta de Portavoces:
“La Junta de Portaveus
dels grups municipals ha acordat aquesta tarda presentar al Plenari Municipal
del proper dilluns dia 22 una moció sobre els símbols de la ciutat. La moció es
presentarà com a conseqüència de les converses mantingudes entre l'alcalde Joan
Clos i els presidents dels grups municipals de l'Ajuntament de Barcelona.
L'acord, a l'espera de resoldre alguns detalls menors, permetrà la resolució
definitiva del debat sobre els símbols de la ciutat de Barcelona.
La moció aprova els criteris bàsics per l'establiment dels Símbols de la Ciutat
en els següents termes: l'escut es mantindrà igual com fins ara, amb la
incorporació de la corona reial.
La bandera incorporarà els
quatre pals vermells als quarters superior dret i inferior esquerre sobre fons
groc, i la creu de Sant Jordi als quarters superior esquerre i inferior dret
sobre fons blanc. Es tracta de la bandera aprovada pel
Consell Plenari a principis del segle XX i que ha estat la referència dels
historiadors i els heraldistes.
L'emblema, per ús dels serveis municipals, partirà de l'actual Símbol, amb les
lleugeres adaptacions gràfiques que es puguin convenir”.
La sesión plenaria de 22 de diciembre de 2003
acuerda:
1r) APROVAR els criteris bàsics per a l'establiment dels
símbols de la Ciutat, d'acord amb els principis següents:
-
Els símbols
representatius de la ciutat de Barcelona seran l'Escut i la Bandera. A més la ciutat
es dotarà d'un emblema com a símbol distintiu.
-
- L'Escut de la Ciutat
es mantindrà caironat i dividit en quatre quarters, que incorporaran quatre
pals vermells als quarters superior dret i inferior esquerre, i la Creu de Sant
Jordi als quarters superior esquerre i inferior dret.
-
- L'Escut anirà
timbrat amb la corona reial.
-
- La Bandera oficial
de la Ciutat serà quarterada, i incorporarà quatre pals vermells als quarters
superior dret i inferior esquerre sobre fons groc, i la Creu de Sant Jordi als
quarters superior esquerre i inferior dret sobre fons blanc.
-
- L'Emblema d'ús dels serveis
municipals partirà de l'actual "Símbol", amb les adaptacions
gràfiques que es puguin convenir.
2n)
FACULTAR l'Alcaldia per prendre les mesures oportunes, a fi de garantir
l'efectivitat de l'acord adoptat, per tal d'iniciar el procediment d'aprovació
dels símbols de la Ciutat, i d'establir el corresponent reglament d'usos.
El Sr. ALCALDE agraeix especialment als diversos Grups
municipals que s’hagi pogut arribar a un acord sobre els símbols de la Ciutat.
El President de la Comissió de Cultura, Educació i
Benestar Social, Sr. MASCARELL, destaca la importància que aquesta moció sigui
signada per tots els Grups municipals, perquè ve a posar fi a un període d’una
certa provisionalitat i donarà forma a la simbologia definitiva de la Ciutat,
que podrà perdurar en els temps, ja que aprova els criteris perquè la Ciutat
tingui l’escut, la bandera i l’emblema basats, per igual, en la tradició
històrica, la Ciència heràldica, l’adaptació al temps i els nous usos de la
comunicació.
Concreta que: l’escut de la Ciutat serà similar al que
porten els membres del Consistori en la solapa, però timbrat amb la corona
reial; la bandera serà quarterada i incorporarà la Creu de Sant Jordi, els
quatre pals vermells sobre fons grocs, de manera que es fonamentarà en la que
fou aprovada per aquest Ajuntament el 1906 i inequívocament vigents fins al
1942, i si bé sobre alguns dels elements que la podrien composar hi ha opinions
ben variades, perquè concretament el debat històric i heràldic sobre el nombre
de pals permet totes les possibilitats, l’opció finalment triada és la millor;
finalment l’emblema d’us dels serveis municipals partirà del símbol actual amb
les adaptacions gràfiques que siguin necessàries per a modernitzar-lo i
convertir-lo en marca identificadora de tots els serveis públics de la Ciutat.
Posa en relleu que amb tals criteris bàsics Barcelona
relliga el seu present amb la tradició dels Comtes sobirans de Barcelona, amb
els seus drets històrics a lluir els quatre pals, amb els fonaments més
científics sorgits de la heràldica i de la història i amb el marc legal, i
reflecteix, alhora, la seva voluntat d’innovar i d’adequar-se als temps
presents: per tant, la Ciutat reafirma la seva condició i convicció de Cap i
Casal i capital de Catalunya, els seus símbols col·lectius que ben aviat seran
part del sentiment col·lectiu de comunitat, compartit per tota la ciutadania, i,
igualment, la moció explicita la voluntat de tots els partits polítics presents
en aquest Plenari de tirar endavant les qüestions importants per la via del
consens i del diàleg, i la idea que la decisió que es pren no és la victòria de
ningú, sinó la de tots.
El Sr. TRIAS expressa la seva satisfacció perquè tots
els Grups municipals s’hagin posat d’acord a restituir a la Ciutat els seus
símbols, el seu escut i la seva bandera, ja que això és un èxit de tots i tanca
un episodi de la història recent del qual hom no pot sentir-se gaire orgullós,
encara que sí del fet que s’hi posi punt final per unanimitat.
Agraeix a la Societat Catalana de Genealogia,
Heràldica, Sigil·lografia, Vexil·lologia i Nobiliària la seva tenacitat a
aconseguir el canvi dels nostres símbols; i no creu que sigui ara el moment de
fer història de les causes del conflicte i de la manera com s’ha complert la
sentència judicial, però sí de reconèixer que, en el seu dia, la voluntat de
consens portà al Consistori a equivocar-se –per això ara caldrà modificar la
Carta Municipal– i a deixar insatisfetes moltes persones, entre les quals es
compta ell, perquè no es va saber comprendre que hi ha símbols que són
expressió d’una història, d’una identitat i d’uns sentiments que s’han de
valorar d’una manera molt especial i això és més important que la consecució
d’un consens que deixi mal sabor de boca.
Es congratula, doncs, de la recuperació d’uns símbols
que representen Barcelona, capital de Catalunya, i fan que avui tot el
Consistori se senti aplegat sota l’ombra d’una mateixa bandera.
El Sr. FERNÁNDEZ DÍAZ, després d’agrair la informació
que el Sr. Mascarell li ha facilitat sobre els estudis de què disposava
l’Ajuntament en relació als símbols de Barcelona, i el tarannà obert que han
mantingut el Sr. Alcalde i els Presidents de tots els Grups municipals, fet que
demostra que quan hi ha voluntat de diàleg, l’acord és obligat, significa que
el seu Grup mai, ni abans ni ara, no ha polemitzat en relació a cap bandera,
escut o emblema de la Ciutat perquè, a juí seu, la polèmica sobre els símbols
no figura entre les prioritats de la ciutadania de Barcelona i la controvèrsia
sobre tal qüestió hauria estat tan estèril com innecessària; que hi havia
diverses opcions per a configurar els símbols de la Ciutat, totes elles
legítimes i amb unes arrels històriques centenàries, perquè la història està
farcida de senyals d’identitat de la nostra Ciutat amb dos, tres i quatre pals
i n’hi ha exemples de tots ells en aquest mateix saló; i que, en tot cas, el
seu Grup troba absurd que Barcelona no tingués, des de fa cinc mesos, i encara
en poden passar alguns més, bandera oficial, igual com li sembla absurd que el
1996 la Ciutat tingués en quatre mesos tres banderes diferents.
Espera que aquesta bandera que avui s’adopta sigui la
definitiva i sigui la de tots.
La Sra. MAYOL celebra, en primer lloc, l’acord sobre
els símbols i la manera com s’ha assolit, amb rigor, seriositat i discreció, ja
que la ciutadania no hauria entès que s’hagués perdut temps amb picabaralles al
voltant dels símbols de la Ciutat; i pensa que l’actitud adoptada pel Sr.
Alcalde i pels Presidents de tots els Grups municipals ha ajudat a
aconseguir-ho.
Precisa, en segon lloc, que per a la gent d’Iniciativa
per Catalunya Verds – EU i A els símbols de la Ciutat havien de compaginar el
rigor històric i l’adequació a realitat present, i per tant calia trobar un
emblema o marca corporativa capaç de comunicar amb la gent d’avui i
d’identificar els serveis municipals.
Subratlla, en tercer lloc, que els símbols de la
Ciutat han d’ésser producte de l’acord i, per tant, assolir la unanimitat era
un objectiu polític del seu Grup en el qual es posà a treballar des del primer
moment.
El Sr. PORTABELLA es congratula de l’acord que és a
punt d’adoptar-se, perquè el seu Grup dóna molt valor al fet que l’acord sobre
els símbols de la Ciutat, que tenen molta importància, es pugui prendre amb el
vot favorable de tots els Grups municipals, i està convençut que fou encertada
l’estratègia seguida per la seva formació política a partir de la base que es
tractava d’una qüestió que no volia soroll, de manera que calia ser discrets,
però ferms i també constants i clars i esperar, alhora, l’evolució lògica de
les coses.
Recorda que, com pot constatar-se seguint la
cronologia dels fets en qualsevol hemeroteca, Esquerra Republicana de Catalunya
ha mantingut una posició coherent sobre la bandera de Barcelona i, per tant,
mai no votà a favor de cap altra bandera que no fos la que avui es presenta i a
la qual no s’hauria pogut arribar sense la participació tenaç de molts regidors
d’aquest Consistori.
Remarca que, en definitiva, la bandera que avui
s’aprova és la que era vigent a la Ciutat des de 1906 i que la repressió
franquista arraconà el 1942: per tant, avui es rehabilita, un cop més, la
memòria històrica de la nostra Ciutat, del nostre país i de la seva capital.
El Sr. ALCALDE reitera el seu agraïment pel consens
assolit en una qüestió que té tanta rellevància en tractar-se dels símbols que
representen Barcelona i la seva ciutadania: per tant, es ret un bon servei als
barcelonins i barcelonines aprovant, per unanimitat, aquests nous símbols, que
faran necessari introduir una petita adaptació en la Carta Municipal.
Demana, doncs, que es procuri compartir aquesta
alegria i mirar al futur amb il·lusió, amb empenta i, ara, amb uns nous símbols
que compten amb el suport de tots els membres del Consistori.
S’APROVA, per unanimitat, la moció.
Después del período de exposición
pública, la recuperada simbología de la Ciudad es aprobada definitivamente en
la Sesión Plenaria del 6 de abril de 2004:
“M
1.-APROVAR definitivament l'Escut i la Bandera de la Ciutat, d'acord amb la
descripció següent:
L’Escut
L'Escut de la ciutat de Barcelona serà caironat,
constituït per la Creu de Sant Jordi, la Creu plena de gules sobre camp de
plata, i pel signe de Catalunya, els quatre pals de gules sobre camp d'or, i
s'alternaran ambdós signes en cadascun dels quarters que l'integren. Per timbre
ostentarà la Corona reial, atesa la condició que tenia de sobirà el Comte de
Barcelona, de conformitat amb les especificacions tècniques contingudes a
l'expedient.
La Bandera
Es recupera la Bandera heràldica que va ser aprovada
en sessió del Consell Plenari de 3 de maig de 1906, que serà apaïsada, de
proporcions dos d'alt per tres d'ample (2x3), quarterada en creu, amb una creu
plena vermella, de gruix 1/18 de la llargària del drap, als quarters primer i
quart, blancs; i amb nou pals iguals, cinc de grocs i quatre de vermells, als
quarters segon i tercer, de conformitat amb les especificacions tècniques
contingudes a l'expedient.
M 2.-1r.- ADOPTAR la iniciativa de modificar els
apartats 2 i 3 de l'article 3r. i els apartats 1-d) i
3-1) de l'article 11 de la Carta Municipal de Barcelona, per adequar-lo al que
disposin els acords municipals respecte de l'Escut i la Bandera oficial de la
Ciutat;
2n.- APROVAR la proposta de modificació dels articles
esmentats segons el redactat següent:
- Article 3, apartat 2 de la Carta Municipal de Barcelona:
"L’Escut oficial de la Ciutat s’inspira en el
de Pere III el Cerimoniós".
"La Bandera oficial de la Ciutat serà quarterada i incorporarà els quatre
pals vermells als quarters superior dret i inferior esquerre sobre fons groc, i
la Creu de Sant Jordi als quarters superior esquerre i inferior dret sobre fons
blanc".
- Article 11-1-d) de la Carta Municipal de
Barcelona:
"Aprovar l’escut,
la bandera i d’altres símbols distintius de la Ciutat".
- Article 11-3-I) de la Carta Municipal de Barcelona:
"Aprovar l’escut,
la bandera, i d’altres símbols distintius de la Ciutat".
3r.- TRASLLADAR a la Generalitat de Catalunya aquest acord als efectes de
constituir la Comissió de revisió del règim especial de la ciutat de Barcelona,
integrada per representants de la Generalitat de Catalunya i de l’Ajuntament de
Barcelona, als efectes de l’elaboració i proposta corresponent.
El Sr. ALCALDE es congratula que s’hagi pogut assolir, per unanimitat, una
fórmula que permet a Barcelona dotar-se, atenent les consideracions de la
sentència dictada pels tribunals de justícia, d’una nova bandera i d’un nou
escut; i que amb aquestes mocions aquest Ajuntament doni exemple de treball
eficaç i discret que, tot i les dificultats polítiques del calendari, s’ha
resolt molt positivament, de manera que a partir d’ara l’expedient serà sotmès
a la tramitació pertinent en la Generalitat de Catalunya: per tant, agraeix
molt especialment el vot favorable de tots els Grups municipals.
El President del Grup de Convergència i Unió, Sr. TRIAS, mostra la seva
satisfacció i orgull perquè els símbols de Barcelona tornin a respondre a la
seva tradició, a la seva història i a la seva identitat i, sobretot, als
sentiments de la gent, perquè alguna vegada la voluntat de consens porta a
solucions que s’allunyen d’aquests sentiments i fa cometre errors, tanmateix
aquesta vegada s’ha sabut lligar tradició, història, identitat i sentiments.
Per tant, vol expressar el seu agraïment tant a tots els Grups municipals pel
seu capteniment, de fermesa en uns casos i conciliador en altres, que ha
conduït a aquest èxit de tots, com a la societat catalana de Genealogia,
Heràldica i Vexil·lologia i, especialment, el Sr. Armand de Fluvià i els seus
col·laboradors, que han fet reflexionar els membres del Consistori.
El President del Grup del Partit Popular, Sr. FERNÁNDEZ DÍAZ anuncia el vot
favorable del seu Grup des de la confiança que amb aquestes mocions es tanqui
una controvèrsia que, en opinió del seu Grup, mai no s’hauria hagut de produir,
perquè el disseny de la bandera i de l’escut de la Ciutat no figura entre les
principals prioritats dels barcelonins i barcelonines, i perquè les diverses
opcions dels dos, tres i quatre pals són totes elles legítimes i tenen arrels
històriques centenàries i, per tant, són defensables totes des de la
subjectivitat d’un malentès rigor històric que cadascú pot interpretar segons
les seves conveniències.
Confia, doncs, que es tanqui definitivament la polèmica i Barcelona torni a
tenir un escut i una bandera que mai no hauria d’haver provocat controvèrsies i
que quedin superats els episodis viscuts a partir de 1996, any en què, en tan
sols quatre mesos, Barcelona tingué quatre banderes diferents; i espera que la
bandera que avui s’aprova sigui la definitiva i la de tots.
La Sra. MAYOL, expressa, en nom del Grup d’Iniciativa per Catalunya Verds–EU i
A, la seva satisfacció pel què i pel com: perquè creu que els símbols que ara
s’aproven milloren els anteriors, són respectuosos amb la història, opten per
una simbologia que reflecteix una major sobirania de la Ciutat, i són capaços
de comunicar en el present; i perquè hi ha hagut un diàleg tranquil, àgil i
fecund entre les diverses forces polítiques, ja que entre la ciutadania ningú
no hauria entès una picabaralla estèril entorn als símbols de la Ciutat.
També vol explicitar el seu reconeixement per la intensa tasca de diàleg amb
tots els sectors socials, que ha portat a terme el Ponent de Cultura, Sr.
Mascarell.
El Sr. PORTABELLA manifesta també la satisfacció i alegria del Grup d’Esquerra
Republicana de Catalunya per la bandera i escut que es porten a aprovació i
també per la contribució de tots els Grups municipals a l’acord que ara es
pren, perquè si bé el seu Grup s’ha mantingut ferm en les propostes que avui
s’aproven, no té cap dubte que l’acord unànime d’avui no hauria estat possible
sense la participació de tots els Grups ni sense el procés previ de diàleg i
negociació seguit durant mesos; i està segur que avui s’aproven la bandera i
l’escut de la Ciutat i de tots els seus ciutadans i ciutadanes.
El Sr. MASCARELL significa que els símbols, els escuts i les banderes són
importants en la mesura que siguin lloc d’encontre de tothom i té la impressió
que l’encàrrec en aquest sentit que li féu fa uns mesos el Sr. Alcalde s’ha fet
realitat gràcies a la feina de bastanta gent i, per això, vol agrair ara la
contribució que hi han fet, la societat Catalana de Genealogia, Heràldica i
Vexil·lologia, l’Institut d’Estudis Catalans, la Direcció General
d’Administració Local i diversos dissenyadors, en ser ben conscients de la
transcendència d’allò que tenien entre mans: els símbols, l’escut i la bandera,
de la capital de Catalunya i principal ciutat del país, perfectament vinculats
amb els seus drets històrics i amb la seva voluntat de convertir aquests
símbols en senyal d’identitat i de concòrdia, i en una referència cívica i
democràtica.
Subratlla que per a fer-ho possible, era necessari el pacte polític que s’ha
assolit gràcies a les reunions del Sr. Alcalde amb els Presidents dels Grups
municipals; i, per tant, davant de la solidesa de l’acord que avui es pren,
creu que els símbols que avui s’aproven duraran, com a mínim, els propers cent
anys, que és gairebé el temps que fa, –exactament noranta-vuit anys– que aquest
Consistori aprovava una bandera que representà la Ciutat durant una colla
d’anys.
S’APROVEN, per unanimitat, les dues mocions en debat”.
Siguen los trámites que legales que culminan en la publicación de los nuevos símbolos en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya
del 19 de abril de 2004. La bandera, por fin, es izada el 23 de
abrilcoincidiendo con la festividad de Sant
Jordi, patrón de Catalunya. La foto de todo el consistorio unido mostrando
a los ciudadanos su bandera y las palabras del Alcalde en el acto de izado
oficial de la bandera ponen punto final al “culebrón” [Fig. 149].
Los colores de la bandera recogidos de la Normativa
Gráfica son: Rojo (P.186) y Amarillo (P.1235).
Barcelona, jueves 21 de julio de 2005
Sebastiá Herreros i Agüí
Notas
1)
Barcelona Vexil·lològica. 14 Congrés Internacional de
Vexil·lologia, 30 juny – 5 juliol 1991. Comunicacions. Barcelona, 2001
2)
Segarra:
Sigil·lografia catalana, núm. 681
3)
Lluís
Doménech i Montaner (Barcelona 1850-1923): Arquitecto historiador y político.
Profesionalmente destacó en varios edificios de la Exposición Universal de
1888: el Hotel Internacional (acabado en 8 semanas) y el restaurante del Parc de la Ciutadella (actual Museo de
Zoología). Sus obras más conocidas son el Palau
de la Música Catalana (1905-1908), la casa Lleó Morera (1905) y el conjunto del Hospital de Sant Pau (1902-1912). Como político catalanista llegó a
presidir la Lliga de Catalunya (1888)
y la Unió Catalanista (1892) y fue
uno de los organizadores de la asamblea que aprobó las Bases de Manresa (1892). Ya en el siglo XIX, desencantado de la
política acabó dedicándose a la investigación histórica y arqueológica; en este
campo a los vexilólogos nos dejó Ensenyes
Nacionals de Catalunya (1936) obra publicada póstumamente por su hijo Fèlix
Domènech i Roura.
4)
Marsella,
Archives Départamentales, perg. B. 386. Segarra: Sigil·lografia Catalana, núm. 916
5)
Segarra:
Sigil·lografia catalana, núm. 919
6)
Publicado
en las páginas 87 y 88 del vol. XLIII del libro “Privilegis Reials concedits a
la ciutat de Barcelona” publicado por el Arxiu
de la Corona d’Aragó en 1971 (citado por Rafael Cardona: El Senyal…)
7)
Dietaris de la Generalitat de
Catalunya, volum I,
anys 1411 a 1538. Barcelona, 1994
“Dicmenge, a XVI
[Octobre del any M CCCC LVII].Aquest die isqué la bandera de Barchinona ab lo
somatent, per anar en Vallès contra en Pere de Castellbell e altres baladros,
ajudadors a conselladors seus, lo qual, per força, se’n havia manada e treta de
casa, violentament, la viuda qui fonch muller del honorable en Johan Romeo. E
portà la bandera de la ciutat n’Arnau Scarit, ciutadà. E lo Standard dels
notaris lo discreta n Johan Mayans, notari de Barchinona. E en Bertran Torró,
com fonch a Caldes, demanà a gran pressa una scudella de brou, que·l cor dix li
defallia de tots punces. E fonch-ne motejat
tant com visqué en aquesta present vida.”
8)
En Bruguera, pág 18, citando los
Dietarios y el libro 4º del Ceremonial del Archivo de la Ciudad refiere que el
29 de abril de 1462
“… los Concellers
concejo 32 y 16 deliberaron fuese sacada la Bandera de la Ciudad y se colocase
en las claraboyas sobre la puerta de la Casa de la Ciudad, la bandera está
dibujada atravesando a toda ella las armas de la ciudad es decir cruces y
barras”
Rúbriques de Bruniquer, volum
segon, p. 288.
“A 29 de Abril, y 16 de
Juny 1462, isque la Bandera de la Ciutat contra francesos, y torná â 13 de
Janer 1463, y los Consellers isqueren fins al Coll de la Creu, y dit díe 16 de
Juny es lo Jurament de Joan de Marimón Capitá General de la Bandera, ô host de
la Ciutat. Vide lo Dietari.
9)
Dietaris
de la Genaralitat de Catalunya, volum I, anys 1411 a 1538. Barcelona, 1994
“Divenres, a XVI
[Setembre del any M CCCC LXVIII]. Haches die, hora de vespres, caygué la
bandera de la ciutat de Barchinona, qui stava penjada alt, en la volta de la
Seu de la dita ciutat, devant les scales de Sancta Eulalia, sens que algú no la
tochà; tot sia a honor e glòria de Déu. E alguns jorns aprés fonch tornada
penjar pus alt.
Unos años antes, en 1461, se había producido
el mismo suceso:
“Dimecres, a XXVIII.
Haches die, hora de vespres, caygué per si mateas la bandera de la ciutat de
Barchinona que oenje alt en la volta subirana de la Seu, entre lo cor e les
scales de Sancta Eulàlia, e és aquesta bandera aquella que fonch a la batalla
de Sent Luri, en Serdenya, e stà en veritat que, tantost, fonch tornada penjar
bon tros pus alt que no solia, en la volta mateixa; Déus per sa mercè·ns do
bona ventura e bons senyals, que algú qui bon christià sia no deu creure en
senyals.”
10)
Portulanos
Fig. 20: 1339, Angelino Dulcert. Bibliotèque Nationale de France. Paris.
Fig. 21: 1367, Pizigani. Descrito por Siegel (Die Flagge) y Neubecker
(Fahnen und Flaggen)
Fig. 22: 1375, Cresques Abraham y Jafudà Cresques. (Mapa 6) Bibliotèque Nationale de France. Paris.
Fig. 23: 1439, Gabriel de Vallseca. Museu Marítim. Barcelona.
Fig. 24: 1468, Pere Rossell. Hispanic Society. USA.
Fig. 25: 1500-1550, Anónomo. Arxiu Capitular de la Catedral de
Barcelona.
Fig. 26: 1500, Juan de la Cosa. Museo Naval. Madrid.
Fig. 27: 1508, Pietrus Russus. Museu Marítim. Barcelona.
Fig. 28: 1533, Joan Salvat de Pilestrina. Biblioteca Pública. Toledo. Colección
Borbón-Lorenzana.
Fig. 29: 1535, Jacobus Russus. Fundació Bartolomé March Servera. Palma de
Mallorca.
Fig. 30: 1538, Bartomeu Olives. Museu Marítim. Barcelona.
Fig. 31: 1563, Jacobus Russus. Biblioteca General i Històrica. Universitat
de València.
Fig. 32: 1563, Mateu Prunès. Museo Naval. Madrid.
Fig. 33: 1564, Jaume Olives. Fundació Bartolomé March Servera. Palma de
Mallorca.
Fig. 34: c1565, Anónimo (escuela mallotquina). Colección particular. Barcelona
Fig. 35: 1565, Juan Martines. Librería Gabriel Molina. Madrid.
(Depositado en el Museo Naval, Madrid)
Fig. 36: 1566,
Jaume Olives. Hispanic Society. USA.
Fig. 37: 1570, Juan Martines. (Mapas 3 y 4) Colección del Sr. Giménez
Lorente. (Depositado en el Museo Naval, Madrid)
Fig. 38: 1571, Jaume Olives. Fundació Bartolomé March Servera. Palma de
Mallorca.
Fig. 39: c1575, Anónimo (escuela mallotquina). Servicio Geográfico del Ejército. Madrid. Atlas
nº 1.
Fig. 40: 1577, Juan Martines. (Mapa 6) Colección particular. Fundación
Casa de Alba. Madrid.
Fig. 41: c1580, Bartomeu Olivo. Hispanic Society. USA.
Fig. 42: 1582, Joan Oliva. (Mapa 2) Fundació Bartolomé March Servera.
Palma de Mallorca.
Fig. 43: 1589, Domingo de Villarroel. Servicio Geográfico del Ejército. Madrid.
Fig. 44: 1592, Joan Oliva. (Mapa 2) Museu Marítim. Barcelona.
Fig. 45: 1597, Vicenç Prunès. Hispanic Society.
Fig. 46: 1600, Vicenç Prunès. Museu Marítim. Barcelona.
Fig. 47: 1600, Francesc Oliva I. Hispanic Society. USA.
Fig. 48: c1640, Miquel Prunès. (Mapas 1 y 2) Fundació Bartolomé March
Servera. Palma de Mallorca.
Fig. 49: 1641, Giovanni Battista Cavallini. (Mapas 1 y 2) Fundació Bartolomé March
Servera. Palma de Mallorca.
11)
Dietaris de la Genaralitat de Catalunya, volum III, anys 1578 a
1611. Barcelona, 1996
“Dimecres, a VI [Juliol
de 1588] … En haches mateix die los consellers de la present ciutat tragueren i
posaren en una de les finestres de la casa de la ciutat, sobre la porta
principal de aquella, la bandera de sancta Eulàlia, que és la bandera de la
ciutat, …”
El mismo Dietari, el dia 8, describe con todo detalle esta ceremonia:
“Disabte, a VIIIº. … Y entesa, per los senyors
consellers i Consell de la present ciutat aquesta novetat dels de Tortosa, fou
referida en lo Consell de Cent que, encontinent, se tingué determinació del
qual dit die sis del corrent fou treta la bandera de la ciutat y posada en la finestra,
sobre lo portal major de la casa de dita ciutat, a effecte de anar ab ella y ab
quatre mília hòmens contra la ciutat de Tortosa, en reparo de la injúria y dany
que feyen a la ciutat de Barcelona, detenint e impedint lo conseller en cap com
dalt és dit.
Y fou assò fet dèsta manera, que los
senyor Federico Roig y de Soler, ciutedà, conseller segon, y per absència de
dit conseller en cap, coronell d’est ciutat, en companyia dels altres
consellers y sos pròmens y de la vint-y-quatrena de guerra, que ya per dita
ciutat era elegida, y ab molt altres cavallers y persones de tots estaments de
la dita casa, y ab gran música y regosijo de trompetes y atabals, a les deu
hores del matí del mateix die, a sis del corrent, isqué de la casa de la
ciutat, y detenint y girant-se devant lo portal major de aquella, prengué la
dita bandera, que ya allí estave aparellada, y de baix enfora la alçà y donà
als officials y ministres de la ciutat, qui per haches effecte estaven a la
finestra sobre dit portal, los quals la prengueren y, encontinent, la posaren y
assentaren a la mateixa finestra, continuant-se la dita música y regosijo, la
qual bandera se diu de Sancta Eulàlia, y és la major y millor de dita ciutat,
feta de tafeta carmesí ab la figura, a cada part, de sancta Eulàlia pintada al
oli y dorada, ab scut, també en cada part, de les armes de dita ciutat daurat y
de semblant pintura. E la dita finestra estave ornada de un dosser de tafeta
groc i carmesí, y altre dosser de sobreviat de vellut carmesí y brocat. Y
posada, com és dit, se’n tornaren los senyors coronell, consellers, prohòmens y
vint-y-quatrena en la casa de la ciutat, y lo coronell y altres estigueren, die
y nit, en la dita casa en guarda de dita bandera.
12)
Juan de Dios de la Rada y Delgado en su libro Mugeres Célebres de España y Portugal
publicado en Barcelona en 1868 nos relata la vida y milagros de Santa Eulalia
haciendo referencia a un documento escrito en latín que se conservaba en el
Archivo Municipal. Libro I Rojo, folio 154, nos transcribe la procesión de
traslado de los restos de la Santa hasta la Catedral el 7 de los idus de Julio
y hora de vísperas del año de 1339. Describe la bandera de Santa Eulalia de la
siguiente forma:
“Y también en la
procesión iba á caballo el Venerable Guillen de Torrellas Canónigo de Barcelona
y Pavorde del mes de Setiembre de la propria Iglesia, vestido de una capa de
grana, llevando en las manos cierta bandera, en la cual habia una cruz blanca
en campo rojo, que es el escudo de dicha Seo, y una imagen de Santa Eulalia que
en la mano izquierda tenia la dicha Cruz, y en la derecha un ramo de Palmas.”
El texto original en De Secuna translatione Corporis Sancti Beate Eulalie Virginia et
Martyris Barchinone. Anno 1339. Ex Primo Vermil. Carthular. Civitat. Barcin.
Fol. 154 lo encontramos en un apéndice del libro Vida, martyrios, y grandezas de Santa Eulalia… de Don Ramón de
Ponsich y Campos, editado en Madrid en 1770, y dice:
“… indutus cum sua Capa
purpurea, portans in manibus suis quodam vexillum cum campo rubeo et cruce
alba, quae cruz est signum dicte Sedis, et cum Imagine Beatae Eulalie ibi
depicta tenente dictam Crucem cum manu dextera dicta Imago tenebat, …”
13)
Dietari
de Jeroni Pujades I (1601-1605). Memorias de la Real Academia de Buenas
Letras de Barcelona. Tomo XV. Barcelona, 1975. p. 106
14)
Segarra: Sigil·lografia
catalana, núm. 938
15)
Segarra: Sigil·lografia
catalana, núm. 940
16)
Este documento aparece citado en 1973 entre la
bibliografía de A. Durán i Sanpere: Barcelona
i la seva història, p.170, como: Divisa
heráldica de Barcelona, informe publicat a Anuario Estadístico del Ayuntamiento
de Barcelona (1906). Este anuario reproduce el informe de 18 de abril de
1906; no obstante, y resulta bastante curioso, el modelo de bandera propuesto
no aparece reproducido. Esta imagen es el documento que sacó a la luz Josep M.
Ainaud en 1993.
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